Estamos ante un thriller dramático de enorme impacto emocional, espectacularmente narrado. La tesis sobre hasta dónde está dispuesto a llegar un padre desesperado, inquieta por la enorme empatía que consigue generar Hugh Jackman, en una composición actoral para el aplauso. Y qué decir de Jake Gyllenhaal, su policía a cargo de la investigación, es sencillamente brillante, cargado de matices y tics, resulta una verdadera confirmación de su enorme talento.
Tremendo también, es el trabajo interpretativo de Paul Dano, como un sospechoso hermético, con muchos secretos en su desgarbado y por momentos repugnante ser. La fotografía de tonos fríos, y el montaje contundente, ayudan a redondear una cinta compleja, cruda, y cercana, tan dolorosa como fascinante.