Cuando la fe y la esperanza son lo último que se pierde en la tercera edad.
Este film ya se estrenó en abril en las salas de São Paulo y Río de Janeiro, su título original “Juan e a bailarina”, se presentó hace dos años en el Festival de Río de Janeiro con el título “La sublevación”, es la ópera prima de su realizador y se encuentra hablada en español. Fue rodada en la Argentina y tiene un gran elenco: Arturo Goetz, Marilú Marini y Lidia Catalano, entre otros.
Todo comienza en una gran casona “Nuestra Señora de la Merced”, cuando vemos que alguien falleció y una mujer mira todo con cierta tristeza, tiempo más tarde una mujer que conduce un automóvil junto a su hijo deja a otra en esa casona en la madrugada con una valija. Esta ni se anima a golpear la puerta, duerme como un perrito abandonado y desprotegido, se trata de Alicia (Marilú Marini), quien la atiende es Rosa (Graciela Tenembaum), la encargada de atender a un grupo de ancianos que viven en ese lugar.
El realizador nos va presentando a cada uno de los personajes, separando su desarrollo en episodios y en medio del clima que viven estos; por un lado Juan (Arturo Goetz) vive encerrado en su habitación, inmerso en los recuerdos, siempre escucha el mismo disco, bebe alcohol e intenta atrapar una paloma para comerla.
Un grupo de ancianos se reúnen porque Lucrecia va a leer el testamento que dejó la compañera Carmen la cordobesa, para: “ Lucrecia ,un rosario; a Pepe la radio y mi camiseta de fútbol; a Violeta la caja de chocolates y como recomendación que no le diga nada al sobrino que ha muerto para seguir recibiendo los chocolates, (pero esta es diabética); a Dolores un reloj pulsera que no funciona y sus lentes de lectura; a Norma nada, la considera una idiota y no le desea lo mejor y a Rodolfo (Carlos Rivkin) el amor de su vida 3200,66 dólares” , (este es pareja de Norma).
Pero el grupo se siente sacudido cuando se entera a través de la televisión de una noticia que viene del Vaticano, la Iglesia Católica han clonado a Jesús, pero éste ha desaparecido para recorrer el mundo y curar enfermedades. Ellos se conmocionan, quieren ayudar al nuevo Jesús, surgen ciertas polémicas, pero todo se ve oscurecido, cuando Rosa la mujer que los atiende decide irse de vacaciones y deja a cargo a su hijo, ellos lo apodaron como “La bruja” (Pablo Lapadula), este los maltrata, no los atiende bien, vende los remedios de los viejos para obtener éxtasis, y ni el padre Gerónimo los puede ayudar.
La única esperanza para ellos es encontrar a Jesús, y para eso necesitan sublevarse. Estos ancianos se encuentran solos, sin el amor de sus parientes, por momentos sus rostros manifiestan una gran tristeza, pocas son sus alegrías, no solo sienten el abandono de Rosa y la crueldad de “la bruja”, el joven que los castiga es como un represor que le quita todas sus distracciones y hasta viste como tal.
El film contiene muy buenas actuaciones, interesante la paleta de colores y buenos planos para sobre saltar detalles, una luz tenue que acompaña, la música que otorga un toque de dramatismo, se sienten los momentos de asfixia, encierro y la necesidad de la libertad, por momentos se acerca bastante al absurdo, tiene algo de fabula y buenas imágenes de la Antártida. La historia aborda distintos temas y géneros, no cae en el golpe bajo pero algunas situaciones son reiterativas e inconclusas.