Hasta los años 30 la pelota de fútbol no era completamente redonda: tenía un tiento o cuero que lo cerraba, que incomodaba mucho el juego.
Pero en Bell Ville, provincia de Córdoba, Argentina, tres amigos desarrollaron dos inventos que iban a revolucionar el deporte para siempre: la válvula moderna y la costura invisible.
A partir de esta novedad, forjarían un nombre y una industria pujante y exitosa. Pero el sueño de los bellvillenses se desinflarían, a merced de los avatares del mercado y el olvido.