Una historia trágica pero con orgullo La superball (2020), fue una pelota que marcó un antes y un después no solo en el fútbol, sino en la vida de muchas personas, tanto en quienes la usaban como quienes la producían. El documental dirigido por Agustín Sinibaldi relata el origen de la costura invisible y la válvula moderna de inflado en las pelotas, el cual se origina en argentina y que surge ante una necesidad colectiva de quienes practicaban el fútbol. Mediante este hilo conductor, el documental explora las situaciones pasadas y presentes en torno a este invento y su repercusión en la vida de los integrantes del pueblo. El film cuenta con una dirección simple. Sin embargo, la manera en la cual narra la historia de la pelota es entretenida, ya que mediante entrevistas y planos de situación la trama se transforma en una realidad que trasciende el invento. Con esto el documental se mueve en un contexto humilde de Bell Ville, provincia de Córdoba, lugar no reconocido por su aporte al mundo del deporte. Las situaciones presentadas en el documental son curiosas, personales e interesantes. Permitiendo que la cámara y los entrevistados hablen con comodidad. La escasa intervención de un agente mediador en el documental es su mayor debilidad no obstante su mayor fortaleza, ya que debilita la objetividad, dejando en evidencia una íntima realidad de los involucrados. "Un documental que vale la pena ver y que cuenta una historia que los habitantes de Bell Ville llevan con orgullo, a pesar del desenlace trágico."
EL ORBE SAGRADO Publicado a 154 días de la caída del fútbol argentino. Hay textos antiguos, sobre una vida antes de la pandemia, acerca de un deporte llamado “fútbol”. El mismo era practicado por gran parte de la población argentina, de forma profesional, amateur o como un simple ocio. Dos tribus de 11 guerreros, diferenciados por su color y escudo, un cacique de cada grupo que previamente planea la táctica del encuentro. Un juez y ayudantes neutrales que presiden el juego. Un público vociferador, cánticos de apoyo o denigrando al rival. Todo gira alrededor de un orbe, una esfera cuyo objetivo es llevarla hacia el arco contrario y evitar la entrada al propio. Agustín Sinibaldi realiza un documental sobre la historia de este objeto codiciado: La Superball. Prácticamente todo puede ser una pelota de fútbol, piedras, latas, tapitas, bollos de papel o cinta. Ni hablar de marcas como La Pulpo, y aquella desconocida, blanca, siempre gastada -nunca se ha visto una nueva- cuyo pelotazo era lo más doloroso de la infancia. Ya profesionalmente, la clásica y hermosa de Alemania ‘74, y el fiasco de la Jabulani de Sudáfrica 2010. Pueden variar en diseño, material, peso, pero todos los caminos conducen a Bell Ville. Una pequeña ciudad ubicada en Córdoba, con 37.000 habitantes, que lleva el título de ser la capital mundial de la pelota de fútbol. Una historia que se remonta a la década del 30, cuando tres inventores perfeccionaron el balón de cuero, que se asemejaba más a uno de rugby, con su dureza, costuras visibles y el peligro que representaba recibir un fuerte pelotazo. La inventiva estuvo en una válvula moderna y costura invisible, La Superbal dio a pie al diseño y creación de la pelota tal y como la conocemos hoy en día. No solo en lo futbolístico, sino también en el básquet, rugby y otros deportes. Sinibaldi documenta el orgullo de esta ciudad y sus historias vinculado al fútbol, mediante distintas generaciones. La pasión del hincha, el jugador, socios del club, sus testimonios, inclusive del local Mario Alberto Kempes. Lo que parecía una historia de reivindicación sobre tres inventores, al avanzar el documental, también se convierte en un relato actual de cómo las pequeñas fábricas, cuyo mayor trabajo es artesanal, no logran competir frente al mercado global. No solo desde una cuestión romántica, sino también de calidad, las pelotas cocidas a mano resultan ser más eficaces. Pero desde la FIFA y AFA, se apuesta a firmas chinas, brasileñas, donde el costo es menor. Como declara El Matador: “Interesa el dinero y nada más”. La Superball es otro ejemplo de documental sobre aquellas historias olvidadas que se siguen alimentando de generación en generación. Y con el paso del tiempo, se va agigantando cada vez más, mediante sus testimonios, hasta que logre la importancia y reconocimiento que merece. Los textos antiguos también advierten sobre personajes oscuros que intentan utilizar este ritual, este deporte, en pos de intereses personales. Atentando al espíritu deportivo, haciéndose pasar por representantes del mismo. Pero como diría un viejo guerrero ya ascendido a dios por sus proezas: “La pelota no se mancha”.
Los hilos del fútbol No es sorpresa para quien alguna vez recorrió la Ruta 9: muchas de las ciudades cordobesas que la bordean, sino todas, lucen sus nombres con la leyenda “Capital nacional”, seguida por la actividad o hecho histórico que la destaca. En este caso, La Superball dedica su hora de duración a Belleville, la capital “mundial” de la pelota. Allí se inventó, patentó y lució el primer balón totalmente esférico; es decir, sin tiento. Aquella costura visible que sobresalía por un costado fue dejada de lado gracias a la creatividad de tres visionarios locales que inventaron una válvula oculta que permitía su inflado manual. Así desapareció la pesadilla de los jugadores de aquel entonces, quienes resultaban heridos cuando, por el azar del juego, se golpeaban con este reborde hilado. Lo cierto es que poco sabíamos hasta el momento de esta creación bellevillense bautizada Superball. Algunos la recordarán por ser el nombre de la pelota oficial del Mundial Brasil 50, eternizado por el Maracanazo. Sin embargo, fue utilizada a nivel global desde 1931, cuando se hizo oficial su presentación en la disputa del clásico de ésta ciudad, más conocida por ser la tierra natal de Mario Alberto “El Matador” Kempes, que la capital de la pelota. De esta manera, el documental se propone abordar la historia detrás del invento, pero también lo que hoy esconde esa costura que se volvió invisible. El fútbol mueve pasiones, y a eso se dedica la primera parte, a poner en evidencia el entramado de significados que genera este deporte en la cultura popular. El documental de Vaca Bonsái Colectivo Audiovisual, dirigido por Agustín Sinibaldi, incluye como protagonista al Club Atlético Argentino. Fundado en el centenario de la patria, su objetivo fue extender la posibilidad a los jóvenes que no podían dedicarse de forma exclusiva a esta actividad. Por eso el comienzo de la película acompaña la llegada de un jugador al entrenamiento ya empezado, y que se realiza por la noche, mostrando que la misma situación sigue vigente y es fundamental. No solo compartiremos las instancias institucionales, sino también viviremos de cerca lo que es ser hincha de “Argentino”. Es refrescante ver las costumbres y rituales de una tarde de fútbol –sobre todo en estas épocas en las que el confinamiento nos quita la posibilidad de tales acontecimientos-, inmutables en entusiasmo a pesar de la división, torneo, liga o importancia del partido que se dispute. Esta descripción que se disfruta en su representación abre paso a las entrevistas frontales de los distintos participantes. Sin embargo, en el hecho informativo pierde ese acercamiento conseguido en principio y no logra más que un interés superficial. Luego de adentrarnos en lo que, junto con la birome, el colectivo y el dulce de leche debería ser el gran orgullo argentino, encauza su desarrollo en revelar el resultado del invento en cuestión. Aunque no pudo establecerse como tal en el imaginario colectivo nacional, aunque sí consiguió desarrollarse como una actividad industrial clave para esta ciudad. Es entonces cuando Sinibaldi vuelve a la descripción cercana para mostrar la fabricación artesanal de distintos tipos de pelotas, que se lleva a cabo en varias fábricas locales. Su producción continúa desde aquel entonces, pero con mucho esfuerzo, ya que no pueden competir con las importaciones seriadas que llegan en contenedores gracias a las políticas neoliberales implantadas en detrimento de la Industria nacional. Esto le ofrece al documental un valor más allá del dato histórico: le brinda un interés político que pone en evidencia la problemática que afecta a las economías locales de nuestro país. Pero aún más interesante es el desarrollo final, en donde conocemos a las verdaderas hacedoras del “fútbol” (como le llaman a su trabajo) y las más grandes perdedoras en este negocio multimillonario injusto y desproporcionado. La Superball visibiliza lo que la pelota esconde: los hilos internos que son cocidos por mano de obra precarizada. Este es el verdadero valor de la película, en donde cuadra lo anecdótico del pasado con lo urgente del presente.
La esfera de las ilusiones y las decepciones. Crítica de “La Superball” El cineasta Agustín Sinibaldi pone a rodar un largometraje con una fuerte crítica a las políticas que desperdician el potencial inventivo y productivo nacional Florencia Fico Hace 1 día 0 19 El documental deportivo “La Superball” asume riesgos en una fuerte composición a través de una recopilación de testimonios y material de archivo, los cuales demuestran los avances en las mejoras al balón en la región de Bell Ville. Proclamada por el Senado de la Nación: “Capital Nacional de la Pelota de Fútbol”. Por. Florencia Fico. El argumento del documental “La Superball” se remonta sobre una invención nacional una pelota de fútbol en la localidad de Bell Ville en la provincia de Córdoba; donde tres compañeros crearon dos innovaciones al balón le sumaron: la válvula moderna y la costura invisible. Anteriormente la el balón no era redondo y tenía un material molesto para jugar. Desde ese momento emprenderían una marca y una industria de gran alcance y talentosa. Aunque el anhelo de los bellvillenses se apagaría a cuestas del mercado y la falta de reconocimiento. La dirección de Agustín Sinibaldi aportó un documental testimonial y demográfico con el apoyo del colectivo audiovisual Vaca Bonsai, quienes supieron resumir con versatilidad la historia de una pelota, su pueblo y las personas que la rememoran. El realizador Sinibaldi recuperó en su registro un ícono identitario para la cultura nacional y el romanticismo del relato de los lugareños, a su vez cuestiona la poca atención que se pone a los inventos de la nación. El guión de Gonzalo Caldera hilvanó la trayectoria de la Superball con diversos ejes desde la descripción del lugar que le dio vida Bell Ville. Los recuerdos de los vecinos e hinchas de su club más cercano el Club Atlético Argentino. La visión de los jugadores actuales. La narración detallada y documentada de los familiares de los inventores como Kikalo Polo; nieto de Romano Polo uno de los gestores de la novedad futbolera. Por un lado, se evidenció la forma de producción con empleados de la fábrica y las cosedoras que expusieron sus puntos de vista que indicaron la manera artesanal en la que son hechas las pelotas. La poca capacidad de competencia frente a la impotación. La mano de obra precarizada debido a la ausencia de apoyo financiero y fomento en el rubro de las industrias nacionales por parte del Estado. Los efectos en la salud en las costureras, la ausencia de obra social y jubilación. La Superball» (Estreno en línea: martes 18 de agosto) – GPS ... Por otro, se manifestó cómo la pelota fue objeto de usufructo por parte de los funcionarios políticos, ya sean intendentes, régimenes dictatoriales a los que menos le interesaba la invención si no que le contribuyeran económicamente y en la actualidad la Federación Internacional de Fútbol Asociación(FIFA) quien ignora la relevancia histórica y productiva de La Superball . El goleador mundial como Mario Kempes dice: “A la FIFA le interesa el dinero y nada más”, opinó sobre la carencia de empatía con la situación deficitaria de la empresa. La Superball”: la pelota de fútbol es argentina, y su historia es ... La fotografía de Danilo Galgano supo capturar con planos detalles el esplendor de la pelota Superball desde la más antigua a la actual; a la par efectos de 360°. Asimismo utilizó los planos con grúas sobre los estadios de fútbol. Los planos panorámicos en la ciudad y secuencias fabulosas en los juegos. La música de Los Mutante del Paraná emplearon en escenas emotivas pianos y guitarras, percusión y arreglos electrónicos en tiempos de recreación. Asimismo con la murga de las hinchadas recrea el clima festivo de los partidos y los himnos de los fanáticos. La Superball”: una historia nacional a la que no se le dio pelota ... La pelota desarrollada por Romano Polo, Juan Valbonesi y Antonio Tossolini fue patentada en 1931 tuvo estreno en el Mundial de 1934. Posteriormente en competencias internacionales por ejemplo: en el Maracanazo donde la selección uruguaya en la Copa Mundial de Fútbol en 1950 le gana a la de Brasil en el estadio ubicado en Río de Janeiro. También ha estado en Caracas (Venezuela), y en partidos de diversos clubes de primera. Transitó en diversos rubros como: voley, rugby y basketball. “Todos los días 5 millones de pelotas picando en todo el mundo”, dijo un conmovido periodista deportivo Juan Licari sobre el impacto global del emprendimiento. Superball: la película del invento argentino que cambió la ... El documental de Agustin Sinibaldi rinde tributo al gran invento con una buena cuota de contexto sobre sus contornos: los las figuras cercanas a su historia, las fábricas, los clubes de barrio y las cosedoras. El registro se nutre además de una reflexión acerca de importancia de cuidar las creaciones nacionales, proteger las fuentes de trabajos que generan y cómo el pueblo honra su identidad cultural más que el Estado y las organizaciones deportivas. Puntaje: 85 Dirección Guion Arte Música Fotografía El documental de Agustin Sinibaldi rinde tributo al gran invento con una buena cuota de contexto sobre sus contornos: los las figuras cercanas a su historia, las fábricas, los clubes de barrio y las cosedoras. El registro se nutre además de una reflexión acerca de importancia de cuidar las creaciones nacionales, proteger las fuentes de trabajos que generan y cómo el pueblo honra su identidad cultural más que el Estado y las organizaciones deportivas. User Rating: No Ratings Yet ! Editar FacebookTwitterGoogle+LinkedInCompartir por correo electrónico Florencia Fico Licenciada en Periodismo. Especializada en rubros como: cultura, televisión, científico e investigación. Asistente de Cátedra en Arte y Estética UNDAV. Miembro del Club de Graduados. Redactora en Revista Combativas. CONTAR presenta el ciclo #DesdeMéxico Crítica de “Sentadas en el umbral”. Publicaciones relacionadas Un filme actualiza la cartelera nacional 16 enero, 2020 “La Vida Secreta de las Mascotas 2” de Chris Renaud – Crítica. 6 julio, 2019 Cecilia Del Valle: “Los estrenos virtules llegaron para quedarse” 15 mayo, 2020 Deja una respuesta Conectado como Javier Erlij. ¿Quieres salir? 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La historia de la pelota de fútbol que cambió la historia del deporte más popular de Argentina y el mundo, es repasada por el realizador Agustín Sinibaldi, quien con un espíritu lúdico y testimonio de testigos de la época, y archivo, además, homenajea a Bell Ville, lugar donde todo comenzó. Disponible en CINEAR Estrenos.
Antes, la pelota de fútbol estaba hecha de tal modo que podía lastimar al que la cabeceaba, o reventarle a uno el hígado. Hasta que tres muchachos de Bell Ville, pura Pampa Gringa, inventaron la pelota sin tientos, de costura invisible, con válvula dentro de la cámara. Se llamaban Juan Valbonesi, Romano Polo y Antonio Tossolini; la dieron a conocer en 1931 como Superval, por Valbonesi, la hicieron rodar hasta el Mundial de Francia 1938 (otros dicen Italia 1934, pero la AFA recién la adoptó en 1936), se convirtieron en fabricantes y distribuidores, y convirtieron a Bell Ville en Capital Nacional de la Pelota. De fútbol, rugby, básket, ahí mismo nacieron otras fábricas, y otros inventos, cada uno de los inventores tuvo una calle con su nombre y hasta se hizo un documental, “Yo soy el gol”. Pudo ser Capital Mundial, pero Humberto Grondona, el vicealmirante Lacoste y hasta YPF prefirieron hacer negocio con fábricas de Alemania, China y Pakistán. El golpe de gracia lo dio una cosa de material sintético aprobada por la FIFA en 1986. Hoy “la de cuero” es un resabio de antiguas glorias, las empresas del lugar sobreviven de modo artesanal y se adaptan como pueden. Algo de esto evocan fabricantes, costureras, vecinos, un nieto de Polo y el gran Mario Kempes en “La superball”, de Agustín Sinibaldi, que ahora vemos. Todo tiempo pasado rodaba mejor.
De Bel Ville (cabecera del departamento Unión, en el sudeste de la provincia de Córdoba) proviene el invento de la pelota de fútbol tal cual la conocemos hoy en día. Acaso, si hablamos de Argentina, se trata de un pueblo futbolero y de una sociedad que se vanagloria de sus inventos. La crónica incluida en el libro de Eduardo Galeano, “Fútbol a Sol y a Sombra” fue un punto de referencia para la dupla de director y productora de la película (Agustín Sinibaldi y Mili Abate Cano, respectivamente), quienes realizaron un viaje de investigación en 2016 hacia el lugar de los hechos. ¿Cómo era la pelota del deporte más convocante a nivel nacional antes de poseer las características por las cuales hoy la conocemos? “La Superball” reivindica una historia y un invento argentino, mostrando una ciudad y la industria que funciona a su alrededor, al tiempo que refleja algo que acontece en muchas ciudades del país. Fortalece el invento y recupera la nostalgia, preguntándose que circunstancias fueron las que granjearon ese camino. Las historias entrelazadas otorgan al relato un sabor especial. ¿Qué fue lo que ocurrió con los fabricantes, los clubes de barrio…eslabones de un invento que se prolonga a través de décadas y generaciones, con sus avatares y obstáculos a sortear? También se trata de un film para debatir sobre el impacto en nuestra idiosincrasia si echamos la mirada atrás, con deseos de construir una sociedad superadora. Cuando se inventó el dispositivo de válvula, en 1931, dando vida a la denominada pelota sin tiento nuestro país se abría al mundo, codeándose con grandes potencias. Pensamos en una Argentina: la usina económica de lo que pudo ser y no fue, por culpa de nuestras propias prácticas como sociedad y la mecánica impiadosa de los gobiernos. Aquel invento, hoy en día se utiliza de forma global. Un sistema que hoy se usa en todas partes. Los autores de semejante logro poseen nombre propio: Luis Polo, Antonio Tosolini y Juan Valbonesi.
Entre la gran cantidad de trabajos que se han mostrado durante este año dentro de la plataforma www.cine.ar/play, muchos de ellos han sido documentales, y con el paso de los meses y la incorporación de nuevas realizaciones hemos podido observar no solamente diversas formas de abordar el género sino una asombrosa multiplicidad de temáticas. Dentro de ese marco “La Superball”, el trabajo de Agustín Sinibaldi que se presenta desde esta semana, si bien queda atado a un formato sumamente tradicional y clásico, encuentra una anécdota potente y curiosa que nos transporta a la Ciudad de Bell Ville en Córdoba, donde fue inventada en Abril de 1931, la primera pelota de fútbol sin tientos, con picos y con costuras invisibles, a cargo de tres vecinos de esa localidad (Luis Polo, Antonio Tosolini y Juan Valbonesi). Sinibaldi sabe encontrar en esta ciudad -donde actualmente existen trece empresas dedicadas a la confección de pelotas de fútbol- una historia pequeña pero con un fuerte costado emocional que rápidamente aparece a flor de piel en algunos testimonios y poner el foco en esta creación tan “revolucionaria” para su época, una gran anécdota íntimamente vinculada con nuestro deporte nacional. Inclusive, logra explorar acertadamente algunas ramificaciones que surgen a partir de profundizar ciertas situaciones que se desprenden de la historia central. Así iremos conociendo la historia de la creación de la Superball (léase “súperbal” y no “superbol” como suponemos), una pelota de fútbol de producción absolutamente artesanal que de acuerdo con los diversos testimonios del filme, debieran convertir a Bell Ville no sólo en la capital nacional (justamente allí se desarrolla la “Fiesta Nacional de la pelota de fútbol sin tiento”) sino en la capital mundial de la pelota de fútbol, que tiene un impacto positivo en el fomento del turismo, debido a las muestras, concursos, actividades relacionadas con el fútbol y torneos que se realizan en esta localidad. Es curioso retroceder en el tiempo e imaginar que un objeto tan popular como una pelota de fútbol, ha tenido otras características, completamente diferentes de las que aparecen en nuestra mente cuando hablamos de ella. “La Superball” recorre ese tiempo en donde se tardaba más de media hora en inflar una pelota, cuando no era totalmente esférica, cuando por su formato hacía que picara para cualquier lado y fuese difícil identificar su trayectoria durante el partido y que ha llegado a producir algunos “accidentes”, como los que sucedían al momento de cabecearla por ser un objeto pesado o si en algún momento se mojaba (es absolutamente desopilante la anécdota con un árbitro que recibe un pelotazo en el hígado que termina hospitalizado). Por un lado aparece la emoción de algunos testimonios que surgen a partir del entorno del club como centro de unión vecinal, de encuentro social y para practicar diferentes deportes y dentro de ellos, el fútbol y la cancha, como puntos de encuentro y lugares de pertenencia. A este costado sensible –muy bien representado en las voces elegidas que representan esta faceta- se oponen algunas zonas más grises: el tema de las trabajadoras que son empleadas dentro de la industria, las verdaderas hacedoras de la costura invisible que es el gran hallazgo del invento, quienes no solamente están sometidas a un trabajo intenso que incluso conlleva a fuertes problemas de salud por la posición en la que tienen que permanecer durante muchas horas para hacer su trabajo, sino que no tienen ningún tipo de cobertura previsional, ni prestaciones médicas ni alguna agrupación sindical que vele por sus derechos laborales. Por el otro, lentamente se va develando el entramado por el cual un invento tan nuestro, no ha logrado posicionarse para aparecer a nivel nacional en todas las canchas o poder formar parte, inclusive, del mundial de Fútbol del ’78. Así aparecen las “coimas”, la competencia desleal contra los precios de productos de características similares que se producen en China o Brasil cuyo precio de venta es incluso menor que el precio de costo de las de industria nacional y, por lo cual, un objeto tan importante y “revolucionario”, una industria tan pujante y exitosa como la que se vislumbraba en sus inicios, queda sepultada e invisibilizada a nivel global y no logra explotar todo ese potencial que podría haber tenido. “La Superball”, si bien apela al formato más tradicional, encuentra la fuerza en la particularidad y la curiosidad que envuelve la historia, en el tono con el que la cuenta y en los testimonios (entre los que aparece el de Mario Kempes) que hablan apasionada y emocionalmente, de esa creación bellevillense dispuesta –al menos inicialmente- a atravesar fronteras. POR QUE SI: «Encuentra la fuerza en la particularidad y la curiosidad que envuelve la historia»
Disponible en Cine.Ar La Superball es un documental sobre muchas cosas. Por un lado es sobre la pasión del fútbol y sobre la gente que juega y trabaja en un un club de una división inferior de Córdoba, pero también es una historia sobre una imposibilidad Argentina, la de generar crecimiento y ganancias económicas. Acostumbrados como estamos a las historias donde el “Tu puedes” del mercado triunfa de tal manera que unos pibes en un garaje llegan a ser una corporación, este documental es sobre cómo desde la Argentina ese proceso se hace imposible y antes de seguir con La superball digamos que el sueño americano de Sillicon Valley, suele omitir que la mayoría de esos nerds tenían padres millonarios. Agustín Sinaldi y el grupo Vaca Bonsai se toman poco más de una hora para contar cómo un grupo de amigos de Belle Ville (Córdoba), lograron un triunfo que cambió la historia del fútbol. La pelota original era la cabeza de un enemigo -mentira, eso pasa en Apocalipto de Me Gibson o en alguna película de Clase Z-, el balón del fútbol era una cosa de cuero cocida, pesada y si alguien lograba un gol de cabeza seguramente terminaba internado con conmoción cerebral, hasta que alguien inventó algo distinto y los que lo hicieron eran de Bell Ville. Allí se inventó la pelota sin tientos y una válvula moderna para inflarla. El documental es un estudio de la pasión por ese club y el desinterés del país por apoyar los emprendimientos privados. Para no perder el hilo y siguiendo con el “ejemplo” de los emprendedores de Silicon Valley, sin el apoyo estatal o los convenios con las corporaciones ya establecidas, no hubieran llegado a nada. El documental no pierde el tono melancólico y algo bohemio que persiste en formar parte de un club de un lugar lejano a los centros del poder como la FIFA. Los creadores de esa innovación fueron Romano Polo, Juan Valbonesi y Antonio Tossolini y la pelota fue fue patentada en 1931 y empezó a usarse en el Mundial de 1934. Hizo carrera y se usó en otros deportes, pero los pioneros no ganaron plata a la altura de su invento y el Estado nunca se preocupó mucho por ellos, como no se preocupa en general por la mayoría de los argentinos, salvo en contados tramos de nuestra historia que han dejado mística, pero que invariablemente han sido destruidos por gobiernos dictatoriales o gobiernos más interesados en los negocios financieros que en producir. Terminamos hablando de política y es lógico porque La Superball, con su momento de música murguera y su homenaje a las divisiones menores del fútbol, habla de política, de economía y muchas otras cosas. LA SUPERBALL La superball. Argentina, 2020. Dirección: Agustín Sinibaldi. Producción: Mili Abate Cano. Guión: Gonzalo Caldera. Dirección de Fotografía: Danilo Galgano. Sonido directo: Gonzalo Caldera. Montaje: Alejandro Rath. Asistente de Dirección y Producción: Marco Dreyer. Música: Los Mutantes del Paraná. Post Producción de Sonido: Pablo Córdoba. Duración: 66 minutos.
Es un documental dirigido por Agustín Sinibaldi, dentro del colectivo Audiovisual VacaBonsai. Y es, nada más y nada menos que la verdadera historia de la pelota de futbol, de un ovalado indisimulable, con un tiento que lastimaba a los jugadores en los cabezazos, a llegar a la redondez sin protuberancias, gracias a un trío muy ingenioso. Un invento cordobés mejor, mejor dicho de la orgullosa Bell Ville, nada menos que la cuna de Kempes que participa de este film. La historia de tres amigos que desarrollaron dos inventos que iban a revolucionar ese deporte para siempre, la válvula modera y la costura invisible. Esa pelota que se llamó Superball que nunca pudo competir con gigantescos intereses en juego, en un mercado implacable. La mirada de este trabajo no solo apunta a reivindicaciones sobre verdades olvidadas, sino que con sensibilidad se acerca a todo el mundo que gira sobre esas pelotas “perfectas” con nostalgia, emociones e injusticias.
Hasta la década de los treinta la pelota de fútbol no era completamente redonda. Tenía un tiento o cuero que lo cerraba, que incomodaba mucho el juego. Pero en Bell Ville, provincia de Córdoba, Argentina, tres amigos desarrollaron dos inventos que iban a revolucionar el deporte para siempre: la válvula moderna y la costura invisible. A partir de esta novedad, forjarían un nombre y una industria pujante y exitosa. Pero el sueño de los bellvillenses se iría apagando cuando el mercado y el mundo se lo llevara puestos. El orgullo sigue, la fabricación artesanal continúa, y las historias son a la vez interesantes y tristes. Un momento de gloria que se quedó en el tiempo, un espacio nostálgico y una desconexión de la realidad mundial. La aparición de Mario Albert Kempes, la máxima estrella del Mundial 78, muestra uno de los grandes puntos del film. La esperanza en su punto más alto, pero a la vez la más clara de las limitaciones de todo el proyecto de la Superval. La película tarda en encontrar el eje pero luego tiene instantes apasionantes donde describe minuciosamente el pueblo. Una vez más, los documentales sobre pequeñas grandes cosas son los mejores que actualmente tiene el cine argentino. Una oportunidad de conocer Bell Ville, “Capital mundial de la pelota de fútbol”.
La Superball es un documental de Agustín Sinibaldi, realizado por VacaBonsai Colectivo Audiovisual, que cuenta la historia de la pelota de fútbol moderna. Se estrena en Cine.Ar Play. Hasta 1930 la pelota de fútbol era de tiento lo que la hacía bastante pesada y peligrosa. Los jugadores usaban boinas para no resultar heridos al recibir un pelotazo. En Bell Ville (Córdoba), tres amigos inventan la válvula y la costura invisible que sirven para mejorar el balón, lo vuelven más esférico y más liviano. El 25 de mayo de 1931 se estrena en un partido entre los dos equipos de la ciudad. El puntapié había sido dado y la posibilidad de iniciar una industria que convirtiera al lugar en un sitio pujante y exitoso y que eso redituara a sus habitantes. Pensando, además, que no sólo el fútbol utilizaría esa mejora sino, también, los otros deportes que se practican con pelota: básquet, volley. Pero no fue más que un sueño. Y con esa historia y ese sueño se construye La Superball. Partiendo del Club Atlético Argentino, y a partir de imágenes y entrevistas propias a los que fueron coetáneos de ese “nacimiento” y a los descendientes de esos hombres y mujeres, la emoción de esos tiempos impregna el documental con un montaje que incorpora con inteligencia el material de archivo. Los amantes del fútbol disfrutarán, además, de la palabra de otro bellvillense famoso: “el Matador” Mario Alberto Kempes, campeón mundial con la selección argentina del 78. Pero no todo queda en la emotividad, lo social aparece en lo que significan simbólicamente esos clubes de barrio, en los testimonios de los dueños de las fábricas de pelotas casi artesanales que pelean contra el abaratamiento de la industrialización casi esclavista del sudeste asiático, en el laburo de las “cosedoras” (mujeres que “cosen el fulbo” para sostener económicamente sus familias). El documental sabe conjugar un pasado de sueños con un presente maltrecho, con emoción pero sin romantizar lo que fue ni cargar las tintas en los padecimientos pero tampoco esquivándolos. La superball es un documental para todos, no sólo para los fanáticos del fútbol. Para conocer nuestras historias y nuestros sueños inconclusos.
Antes de 1930, la pelota de fútbol no era completamente redonda: tenía un cuero que la cerraba e incomodaba mucho el juego. Pero en Bell Ville, provincia de Córdoba, Argentina; el 20 de abril de 1931, Luis Polo, Antonio Tosolini, y Juan Valbonesi inventaron la válvula moderna y la costura invisible, lo que revolucionaría el deporte para siempre. Esto forjó una potencial industria de éxito, con la que todo el pueblo soñó. Infelizmente, no duró mucho esa fantasía, aplastada por el olvido y los mercados hegemónicos.
Edisons argentinos En un diario de la época, con ese título se anunciaba el invento que habían desarrollado Luis Polo, Antonio Tosolini y Juan Balvonesi en la ciudad de Belle Ville, Córdoba, el 20 de abril de 1931. Un invento con el que iban a cambiar para siempre la historia del deporte más popular, una pelota sin tiento, con pico y costuras invisibles, y a la que bautizaron “Superball”. La película del Colectivo Audiovisual VacaBonsai, dirigida por Agustín Sinibaldi, no sólo cuenta, como reza su gacetilla de prensa, “la verdadera historia de la pelota de fútbol”. Como la reiterada frase, atribuida a León Tolstói, “pinta tu aldea y pintarás el mundo”, el documental invita a la reflexión de numerosos temas sin caer en el subrayado, ni en la bajada de línea. Claramente, hay una mirada que revaloriza el espíritu amateur del deporte, con las historias de los futbolistas del club local que desarrollan otras actividades para poder vivir y hasta juegan con botines prestados. También en esa línea, se destacan las declaraciones del ex jugador profesional (y campeón del mundo), Mario Kempes quien sostiene que “lo principal de FIFA es el dinero y lo demás no importa nada”. Al mismo tiempo se pone de manifiesto la importancia del deporte en la vida social, y más precisamente del club como centro de encuentro – con las fiestas que se celebran los sábados – y de construcción de lazos sociales, que se fortalecen en esa ceremonia pagana que son los partidos del equipo del pueblo. La Superball (2020) es también una reflexión sobre los procesos de fabricación, la (im)posibilidad de desarrollar una industria nacional, la falta de apoyo estatal, la importación indiscriminada y la precariedad laboral. Uno de los entrevistados se lamenta por “lo que Bell Ville podría haber sido”. Sin dudas, la explotación adecuada del invento desarrollado en la ciudad, se podría haber transformado en una fuente de trabajo sólida para toda la zona. En la construcción del relato, en primer término escuchamos los testimonios de los dueños de la fábrica de pelotas, quienes se lamentan de que la Asociación del Fútbol Argentino no les brinda su apoyo y afirman que las licitaciones fueron a manos de empresas brasileñas. La cámara de Sinibaldi resalta la belleza del proceso cuasi artesanal de producción de las pelotas. Sin embargo, esta imagen que remite a David enfrentándose al gigante Goliat, se ve duramente contrastada por las historias de las cosedoras “de fútbol”, que trabajan a destajo por un ínfimo sueldo y sin ningún tipo de amparo laboral, encontrándose obligadas a seguir trabajando a pesar de las numerosas enfermedades que les producen las tareas. “Los patrones son todos patrones”, afirma uno de los entrevistados. La Superball es una película que a partir de una pequeña gran historia, nos propone pensar numerosos aspectos de nuestro país. Un país que pudo haber sido. La mirada del realizador intercala las convenciones del documental de “cabezas parlantes”, con momentos poéticos a través de una fotografía que maneja la luz y el color con una precisión y una intencionalidad muy precisas, acompañadas por las sutilezas musicales del grupo “Los Mutantes del Paraná”, generando una invitación a la reflexión.