Durante la última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se estrenó dentro de la Competencia Nacional la docuficción de Jimena Repetto Te prometo una larga amistad (2022), donde a través de una ardua investigación y apelando a la representación se aborda la amistad entre Victoria Ocampo y Benjamín Fondane, un poeta rumano, devenido en cineasta vanguardista, cuya primera película la mecenas del arte financió. La película en cuestión se llamaba Tarira (1936) y todo indica que fue destruida antes de su estreno. La misma estaba musicalizada y protagonizada por el Cuarteto Aguilar, cuyos bisnietos encuentran a principios del nuevo milenio la banda sonora. El hallazgo los motiva a ponerse en la piel de los personajes y reconstruir la película. Así nace La tara (2022), una obra que, sin proponérselo, provoca un dialogo entre tres audiovisuales conectados entre sí.
Si en Te prometo una larga amistad Repetto buscaba reconstruir una historia, pero se le hacía imposible ante la ausencia de material de archivo y tuvo la necesidad de recurrir a la ficción, en La tara el desencadenante es el mismo, aunque después ambas películas tomen aristas muy diferentes, si hay comunes denominadores en cuanto al tono y al género. Ambas son docuficciones que partiendo de lo personal abordan una historia universal apostando por la épica y la comedia.
En La tara, Aguilar representa, junto a sus hermanos y primo, un pasado familiar plagado de obsesiones y reyertas, que se cruza con el arte y la política, pero también con revoluciones e hitos que los tuvieron como protagonistas. Lo hace través de un ensayo audiovisual de espíritu lúdico y surrealista, donde no falta el humor, la pasión por el cine, ni la ironía crítica. Una original road movie que deambula entre Argentina y España, entre pasado y presente, entre ficción y documental.