James Marsh (Man on Wire, Project Nim) dirige La Teoría del Todo, que basada en el libro de Jane Hawking muestra la relación entre el físico Stephen Hawking y su mujer.
Viajando al infinito
Eddie Redmayne y Felicity Jones interpretan a Stephen Hawking y Jane Wilde respectivamente, los protagonistas de esta historia. La película toma como punto de partida el año 1963, con un Stephen joven, simpático y un poco torpe, a punto de comenzar su doctorado en Cambridge. Allí conoce a Jane, una joven religiosa y más ligada a las humanidades que a la ciencia. Inmediatamente se gustan y empiezan a salir. No obstante, el primer obstáculo en el amor de estos jóvenes será la enfermedad de Stephen. Un día sufre una caída en la universidad y es hospitalizado. Allí le diagnostican esclerosis lateral amiotrófica (también conocida como enfermedad de Lou Gehrig), una enfermedad degenerativa que afecta el movimiento y con dos años de esperanza de vida. Jane decide acompañar en la enfermedad a Stephen y dedica su vida a ayudarlo y a cuidar de la familia que forman. Los contratiempos y tensiones en la pareja no tardarán en aparecer.
Mi vida con Stephen
La Teoría del Todo recurre a todos los clichés posibles para narrar la historia de Stephen y Jane, y lo hace con muy poca gracia. Hay flashbacks innecesarios, y excesivo uso del flare y de la música, que por supuesto se encarga de subrayar los momentos lacrimógenos. Parece una típica biopic hasta que la relación con Jane empieza a tomar más protagonismo por sobre la carrera científica de Hawking, pero no más que su deterioro motriz.
La reconstrucción de época está bien lograda y las actuaciones de Eddie Redmayne y Felicity Jones se ponen la película al hombro, haciéndola un poco más llevadera. Fuera de eso y un par de escenas cómicas y tiernas (como la escena de Hawking y su secretaria con la revista), el film pasa sin pena ni gloria.
Conclusión
La Teoría del Todo va a lo seguro y podría decirse que es una película correcta y prolija. Sin embargo, los recursos narrativos utilizados dejan muchísimo que desear, es efectista, pero no termina de caer del todo en el golpe bajo. Parece una película hecha a partir de fórmulas que se sabe que funcionan, y el atractivo reside en conocer un poco más a fondo la historia de Hawking y en las interpretaciones de la pareja protagónica.