Con el término “La Tigra” no nos referimos a un felino, asi ha sido nombrado un pueblo sito en el Chaco, de escasa extensión, lugar tranquilo donde la siesta es sagrada, la calle principal brilla por la soledad, un ejemplo de pueblo de aquellos en que los jóvenes migran hacia las grandes ciudades, para educarse, conseguir trabajo y desarrollarse en materias que en La Tigra no han de poder.
Esteban ha sido uno de esos adolescentes, ya adulto, vuelve a La Tigra con la misión de conversar con su padre, él tiene algo que decirle, algo de qué hablar. Este acontecimiento se pospone, su padre, un conductor de transporte de carga no ha de volver por un par de semanas, dentro de las cuales Esteban, a la espera, se interna nuevamente en el sitio que alguna vez fue su lugar, donde captó aquellos conocimientos que no son enseñados en instituciones cercanas ni lejanas, el lugar donde pasó su infancia, donde es reconocido por cada uno de sus vecinos.
En ésta vuelta, reencuentra a Vero, quizás en otros términos, su amiga de infancia, estudiante de medicina, quien por las tardes ayuda a su madre en las tareas de cocción de viandas. Vero al igual que Esteban, ha cambiado, sin embargo, conservan “algo” entre ellos, algo que se realimenta al reencontrarse.
El lugar constituye un protagonista más en el relato, con frescura y tranquilidad, los humildes integrantes natos de pueblo son captados con armoniosa naturalidad, el mate es el elemento que genera las “juntadas”, un elemento de grandeza al momento de vincular personas socialmente. Vero y Esteban, recorren el pueblo, recuerdan y generan situaciones que los retrotraen a la infancia en común. Una peña, un partido de futbol, un taller de arreglos varios, lugares y situaciones desde las que se delinea una historia sencilla.
Opera prima de Federico Godfrid y Juan Sasiaín, co-directores y guionistas del proyecto, egresados de la carrera Diseño de Imagen y Sonido en la UBA, impusieron su marca en el Festival de Cine Internacional de Mar del Plata al ser galardonados con el premio FIPRESCI, uno de los más importantes. Deambulando por la ciudad, casi pasando desapercibidos, la repercusión de su obra en espectadores, critica y jurado, resultó convertirse en una de las mayores sorpresas del festival. En el discurso de otorgamiento del galardón denotó un agradecimiento hacia la existencia de la universidad pública en Argentina, recibiendo una gran ovación del público presente, no es frecuente que se agradezca a una institución educativa estatal, de la cual gran cantidad de cineastas han surgido frente a otras escuelas de cine, en auge en Argentina.
El resultado es una experiencia de nuevos cineastas, humilde y de bajos costos, con una enorme integridad al momento de querer contar una historia, por más pequeña que ésta sea.