¿Será Stephen King uno de los autores cuyas obras más veces han sido adaptadas a la pantalla? Desde películas para sala o TV/Directo a video, series y miniseries; su nombre es de los pocos – referidos a novelistas actuales – que ostentan la distinción de aparecer en el propio título de la película o serie a modo de enaltecerla como toda una referencia sobre lo que podemos llegar a encontrarnos.
Desde la mítica Carrie a la actualidad, los proyectos no han parado de surgir, con una base muy importante entre finales de los ’80 y los años ’90. Sin embargo, existía un título que parecía se resistía a ser adaptado; por supuesto hablamos de La torre oscura. Desde la aparición del primer libro de esta saga de un total de ocho allá por 1982 hubo intenciones infructuosas de llevarla al cine.
La saga fue creciendo a modo del proyecto más ambicioso de King, que hasta tiende redes con otras obras novelas de su firma (en la película este detalle es notorio). Finalmente, tras mucho esperar, esta historia que mezcla la ciencia ficción, la acción, el western, y el terror, tomó forma de guion y llegó a la pantalla con la dirección de Nikolaj Arcel; y la decepción no pudo ser mayor.
Abramos el paraguas, para quienes hayan leído las novelas, la película condensa las primeras novelas de la saga y las une de algún modo con la última, tomándose muchísimas libertades, por lo que, podríamos decir que el guion creado a ocho manos por Akiva Goldsman, Jeff Pinkner , Anders Thomas Jensen, y el propio Arcel es una historia nueva. Veamos para quienes son neófitos.
Hay una torre en el centro del universo que nos protege de la oscuridad que lo tapa todo. Hay dos bandos, unos que la protegen, y otros que quieren destruirla para que la oscuridad nos domine. Esta torre puede ser destruida con la mente de un niño. Jake (Tom Taylor) es adolescente que sufre de constantes pesadillas en las que sueña con esta historia de la torre y los dos bandos. Las visiones lo atormentan y ello plasma dibujando. Claro, desde su familia hasta sus amigos, creen que está loco.
La ciudad se encuentra convulsionada por una serie de terremotos que nos hacen pensar que el punto cumbre está cerca, y Jake lo relaciona directamente a sus pesadillas. Cuando los seres de piel falsa con los que Jake sueña se hagan presentes a modo de responsables de una institución a la que lo quieren llevar, él huye y se topará así con losdemás personajes, los buenos, y los otros.
La batalla entre El pistolero Roland (Idris Elba), y el oscuro mago Walter (Matthew McConaughey) por fin llegará a su climax con Jake ayudando al primero y siendo codiciado por el segundo para destruir la torre. Esta historia, que escrita parece algo compleja, en la pantalla se ve de los más simple, o por lo menos, no despierta el interés necesario como para indagar sobre ella más que el hecho de un bueno, un malo, un adolescente clave, y una torre negra en el medio.
Esta falta de motivación en el espectador, se debe a que La torre oscura toma algunas decisiones de dudoso resultado. De entrada notamos que carece de todo prólogo.
Más alláde una placa mínima al inicio que poco aclara, de inmediato se nos introduce en el medio del desarrollo, sin darnos tiempo que conozcamos a los personajes y el ambiente. Desde ahí hasta las escenas finales, serán pocos los minutos que se tome para expandirse un poco, (casi) todo se reduce a las batallas cual Coyote y Correcaminos entre estos tres personajes y dos bandos.
Definitivamente se nota condensada. Todo aquello, que aún sin haber leído las novelas, se entiende que King habrá querido transmitir como algo metafórico, aquí es llevado a la más directa literalidad.
La torre es algo físico, visible, y muy parecido a la guarida de Sauron. Los buenos son buenos porque sí y los malos son malos… porque sí. Los niños son sometidos a una silla con precintos y casco que transcribirá sus pensamientos en bolas de fuego disparadas sobre la torre, en medio de unas escenas que gritan a los cuatro vientos El vengador del futuro.
Como seremos sometidos a una balacera permanente y efectos CGI interminables, no habrá tiempo para la reflexión, el doble lenguaje, todo tiene que ser llevado al plano de lo obvio. Si de obviedades hablamos, los personajes abusan del término cliché y carecen del carisma natural que siempre sobraba en las adaptaciones de las obras del autor de It.
Jake fue escrito con el manual del joven problemático en mano, tanto sus actitudes como las de los que lo rodean responden al lugar común y a las incongruencias más ilógicas pero necesarias para que todo avance (¡ay esa madre!). Lo mismo podríamos decir de Roland y Walter, buenos yy malos si motivaciones reales, casi caricaturescos en sus lineamientos.
Habrá que decir que la dirección actoral y las interpretaciones tampoco ayudan. Idris Elba prácticamente no despega sus ojos del costado de la cámara, repite sus parlamentos sin emoción alguna, y rara vez nos hace sentir el peso del héroe. McConaughey parece querer imitar a Scott Bakula en Lord of Ilussion, sobreactuación de movimientos y cero gesticulación facial o de dicción. Sus enfrentamientos despiertan poco.
A la vista, La torre oscura es una propuesta fallida por todos los flancos, cuyo único interés será alguna risa involuntaria (tampoco demasiadas como para hacerla de culto) y el festejo por su corta duración. Nuevamente la maldición de los proyectos largamente postergados se hizo presente.