Me cuesta un poco entender las críticas negativas de la prensa internacional que ha recibido este film, más aún cuando le cuestionan su “corta duración”.
No leí la serie de libros de Stephen King en los cuales se basa, que si son muy extensos, y a lo mejor ese es el conflicto con los 90 minutos de cinta.
El film se me pasó rápido y me entretuvo. Punto.
Lamentablemente no me dejó con ganas de más y esperaba que lo hiciera, no solo por su autor sino también porque hace más de una década que están tratando de hacer esta película, cambiando de guionistas y directores.
El rumor siempre fue que se iba a tratar de una de las grandes sagas cinematográficas de todos los tiempos, que una trilogía no iba a alcanzar y que una serie de tv accesoria se necesitaría para poder contar todo bien.
Nada de ese ruido llegó a la pantalla en este estreno. Al film le falta épica y alma.
Me da la sensación que quisieron hacerla “amigable” para la mayor cantidad de público posible y no se animaron a plasmar bien el tan comentado universo de King. Para muchos su obra definitiva.
Es todo muy lineal y sin sorpresas: los buenos por un lado, los malos por el otro.
Los dos protagonistas principales trabajan a reglamento porque el guión no da para mucho más.
Tanto Idris Elba como Matthew McConaughey son dos grandes actores pero aquí no se lucen.
El que si lo hace es el joven Tom Taylor. Dan más ganas de verlo a él y seguir su historia más que otra cosa.
El director dinamarqués Nikolaj Arcel cumple con el Estudio y los productores. No hay aspiración alguna, solo repeticiones de elementos y técnicas que sus colegas de renombre han inventado.
En definitiva, La Torre Oscura es una película que me entretuvo pero que ya me olvidé.
Ojalá que los números la acompañen para que se puedan hacer secuelas, la serie de tv, y así explotar todo el material, y de esa manera engancharnos en serio y como nos prometieron.