Después de años de estar en un infierno de desarrollo que involucró a diferentes estudios, realizadores y versiones, The Dark Tower llegó a la pantalla grande de la mano de Nikolaj Arcel (A Royal Affair). Lo que se planeaba como el comienzo de una ambiciosa saga multiplataforma que involucraría películas y una serie de televisión, no obstante, se siente como otros tantos films con una saga literaria a sus espaldas que fracasaron y posteriormente fueron abandonados al momento de la primera transposición. La adaptación de lo que Stephen King ha llamado su obra maestra tiene ciertos méritos, pero no se puede evitar sentir que es una versión microprocesada y acelerada de los libros que no termina de despegar.