Cine de género hecho por un autor
El célebre director Steven Soderbergh armó un elenco de lujo para una película de acción y espionaje casi standard, donde el mayor atractivo es la presencia de actores de la talla de Michael Douglas, Antonio Banderas, Ewan McGregor y Michael Fassbender.
La traición es una película de acción y espionaje protagonizada por Gina Carano, una campeona de artes marciales y modelo de fitness que aquí obtiene su primer protagónico clase A dentro del mundo del cine. Alrededor de la deportista y actriz aparece un elenco enorme formado por Michael Douglas, Ewan McGregor, Antonio Banderas, Michael Fassbender, Channing Tatum, Mathieu Kassovitz, y Bill Paxton.
Una película de acción con un elenco de lujo y con una heroína de acción que aprovecha su fama previa como deportista no es lo más común que se pueda ver en el género. Este elenco multiestelar y esta producción esconde un secreto: el director es Steven Soderbergh, que saltó a la fama como gran director independiente cuando en 1989 dirigió Sexo, mentiras y video. Luego siguieron otros proyectos personales que se fueron alternando con películas de género taquilleras. Así, obtuvo el Oscar por Traffic y creó éxitos como La gran estafa.
Esta agente mercenaria, que acepta trabajos de diferentes gobiernos, es traicionada y comienza una persecución internacional donde ella intenta sobrevivir pero también vengarse. El cine de género, el cine popular, no tiene nada de malo, y aunque los héroes provenientes de las artes marciales no suelen tener mucho prestigio, no son pocas las películas entretenidas e impactantes que han realizado.
Sin embargo Soderbergh no proviene del cine popular. Y en cada uno de estos proyectos, algunos más efectivos, otros más fallidos, siempre transmite en imagen y en las historias, la idea de que él tiene un pie afuera de todo esto. Sí, hay un virtuosismo y recursos ingeniosos y refinados en varias escenas. Pero no tiene el director esa convicción que necesita quien realmente ama el cine de acción. Si no nos avisaran que la dirigió Soderbergh, La traición sería lo que es, sin sumarle puntos extras. Una película un tanto pretenciosa, anticlimática, con varias escenas buenas y con gusto a poco al final del relato.
El elenco indudablemente ayuda a mantener el interés y Gina Carano es una actriz muy carismática, ideal para esta clase de roles. La traición ocupa un espacio mayor al que le corresponde, no se trata de un film pequeño pero efectivo, sino de una película berreta en envase de lujo.
Ya nos volveremos a encontrar con Carano en otra película, mientras que a Soderbergh lo encontraremos en un film más cercano a sus verdaderos intereses.