Vidas que no pudieron ser
¿Cómo se hace para vivir sin hacer el duelo de un ser amado? Es muy difícil asumir la muerte sin cuerpo, las heridas no cicatrizan. Este es sólo uno de los testimonios de familiares de los desaparecidos del TC-48. Dos conclusiones guiaron la investigación: el avión está en el mar o en tierra, en la selva de Talamanca. Esta última pista es la que seguiremos.
El cineasta Pepe Tobal, dirige y quiona La última búsqueda (2018), un largometraje documental cordobés que narra la tragedia aérea de mayor relevancia que tuvo la Argentina, la desaparición del TC-48, más conocido como "El avión de los cadetes". El mismo desaparece en Centroamérica en 1965 con 68 personas a bordo; la U.S.A.F. lo buscó sólo 10 días y lo declaró perdido. Existen diversas versiones sobre el siniestro, luego de 53 años, Cecilia Viberti, hija del capitán Esteban Viberti -uno de los pilotos- continúa buscando el avión perdido.
Es notable el respeto, profesionalismo y buenas elecciones del cómo y el qué contar, que confluyen en un ambicioso documento a la altura de lo que propone, digno de ver y recomendar. Tobal se planteó seriamente desde qué punto de vista relatar esta historia repleta de incógnitas, ocultamientos, pistas falsas, sospechas, con la sensibilidad apropiada para cuidar el dolor de los familiares. Nos adentramos en la búsqueda del avión junto a Cecilia, -que la plantea como la última búsqueda-, siguiendo la fuerte convicción de que su padre se encuentra en la selva de Talamanca y no en el mar, transmitiendo una enorme expectativa en nosotros y generando el suspenso adecuado gracias a la compañía de la música indígena en la jungla -literalmente nos metemos junto a ella y un equipo de profesionales a explorar con todos los peligros que implica-. Además de testimomios de personas que dan fe de diferentes versiones, desde el más racional hasta mitos y leyendas relacionados con indígenas.
En cuanto al estilo estético del director, cabe destacar otro acierto que lo diferencia de otros y lo hace muy ameno, se trata de cómo exhibe el material de archivo (efecto selectivo del foco y fuera de foco con movimiento en recortes de diarios y fotos en blanco y negro), que no es un dato menor, ya que dirige la atención del espectador alejándolo de lo estático. Las tomas aéreas de lo imponente, del inaccesible y lejano lugar en donde se realizó y realizaremos la búsqueda, son majestuosas.
Este documental es un hallazgo no sólo por su contenido sino por la responsabilidad que asume el director al acompañar a Cecilia en esta búsqueda tan delicada y apasionada de su padre, sin tener certeza alguna. Sin embargo, la protagonista nos brinda una gran lección, perdonó a quiénes no se encargaron del asunto y miraron para otro lado. Al nacer su primer hijo, luego de un viaje interior, comprendió que debía dejar el pasado atrás para avanzar y sentir paz. Es así que decide soltar a su padre y a esa niña de 9 años que se escondía en el placard para sentir su olor.
Tobal le hace honor a la memoria de los 68 desaparecidos del TC-48 y a los 44 del Submarino del Ara San Juan. 52 años separan estas tragedias unidas por el dolor, las mentiras, la negligencia, el ocultamiento, la indiferencia e ineficiencia oficial, generan la memoria mientras que la imposibilidad de cerrar la historia, promueven la búsqueda para llegar a la verdad.