La última fiesta

Crítica de Julián Brennan - Cinergia

Siga el baile, siga el baile

Con un esquema muy parecido al de ¿Qué pasó ayer? (The Hangover, 2009), el film de Nicolás Silbert y Leandro Mark, La última fiesta, nos traslada a un sinfín de problemas que tienen tres amigos de la infancia después de un fiestón sin control alguno.
No se puede decir que la película es una maravilla porque definitivamente no lo es. Está realizada simple y llanamente para poder ir un rato al cine, sentarte en tu butaca, reírte un rato y volver a la cama a dormir. No busca complicar tu mente con retoricas o una trama filosófica, busca divertirte y lo logra, los chistes funcionan y los personajes están armados para su propósito.
Uno de los directores, Nicolás Silbert, comentó de qué otros films se alimentaron y qué referencias tuvieron en cuenta a la hora de hacer el guion: “ Nos alimentamos de la comedia, básicamente. En sí no es una película sobre una fiesta, no transcurre mucho tiempo ahí. Sí tiene mucha peripecia, personajes y situaciones, entonces nos pusimos a ver comedias de acción, de aventuras, a los hermanos Coen y al mismo Fincher, porque nos gustan sus encuadres y los colores de las situaciones de sus películas. A diferencia de Hangover, en donde el exceso no te lo muestran, acá sí te mostramos lo que es un poco la fiesta. Pero la otra parte divertida es todo lo que sucede con estos tres idiotas intentando resolver el problema que también es una idiotez. Tenemos muy en claro que es una premisa bastante idiota que utilizamos como base para hacer la comedia y lucirnos con los actores. No es la historia en sí lo más importante. Nosotros teníamos como premisa hacer una comedia popular que estéticamente esté muy cuidada, visualmente con mucha calidad, que tenga fotografía, color, planos, efectos de sonido, todo un laburo creativo e ideas que uno, usualmente, no relaciona a este tipo de género. La gente invierte dinero en el ticket y hay que darle un producto a la altura de las circunstancias. Queríamos poder combinar ambas cosas, un chiste con la bola en la ingle y una fotografía con encuadres y dirección de arte, un trabajo creativo que se vea”, comentó al sitio El Lado G.
También habló sobre la actualidad de la comedia argentina: “La vara está alta. Somos un país de buena comedia, no solo en el cine. La gente responde muy bien en la comedia, le gusta, ha funcionado comercialmente. Además, también tenemos todo el cordón audiovisual de la UNTREF, de la internet, Instagram y de toda la gente que está generando su propio contenido audiovisual con buenos resultados y autogestión. Hay mucho talento dando vueltas. Es un buen momento para que aparezcan películas como estas. Es un síntoma de algo que merece llegar a una pantalla grande”.

ACTORES:
Nicolás Vázquez: a este actor argentino no lo tenemos en muchas películas y en esta, considerando que es un papel cómico, no está mal, sostiene bien el personaje y logra ser gracioso de vez en cuando.

Alan Sabbagh: a Sabbagh sí lo tenemos mucho del cine, pero en este film no tiene su mejor performance, su comicidad no es la más indicada, se queda algo corto.

Benjamín Amadeo: por ser el personaje más “tonto” termina siendo el personaje más gracioso, a pesar de la exageración, te llega a sacar un par de risas.