En esta transposición de la novela Faith Bass Darling's Last Garage Sale, de la estadounidense Lynda Rutledge, la acción se traslada a la actualidad en Verderonne, un pueblo cercano a París, durante los primeros días del verano. Claire Darling (la portentosa Catherine Deneuve), dueña de una lujosa casona llena de objetos de valor, luce confusa, aturdida, por momentos desvariada, y decide poner a la venta (a precio simbólico) pinturas, objetos y muebles antiguos. Es que ella está convencida de que está atravesando el último día de su vida y pretende deshacerse cuanto antes de todo.
En medio de la confusión general y la avidez de los vecinos, una amiga llama a su hija Marie (Chiara Mastroianni), quien luego de veinte años de ausencia regresa de forma urgente al lugar. El reencuentro entre madre-hija, dominado en principio por viejos rencores y acusaciones cruzadas, será la excusa para que la directora de Cartas de París vaya reconstruyendo la trágica historia familiar a través de varios y largos flashbacks.
Tragicomedia llena de espesura psicológica, melancolía, crueldad y negrura, se trata de un ensayo sobre el dolor, la culpa y la posibilidad siempre abierta de una (aunque sea mínima) reconciliación y redención. Un film duro, sin demagogias ni contemplaciones y con el plus no menor de ver a Deneuve y Mastroianni repitiendo en pantalla la relación que mantienen en la vida real.