Pocas actrices lograron tal renombre como Catherine Deneuve, multipremiada y reconocida por actuaciones en películas de directores como Roman Polanski (formando parte del elenco de “Repulsión”) y Luis Buñuel (participando en “Tristana”). Bajo la dirección de Julie Bertucelli, Deneuve se une a su hija Chiara Mastroianni para brindarnos un film más que interesante y perturbador, apoyándose en una novela llamada “Faith Bass Darling’s last garaje sale”, de la estadounidense Lynda Rutledge.
Claire Darling (Deneuve) es una señora grande que decide vender todos los objetos de su lujosa casa en un pequeño pueblo en Francia. Para ello, en un acto de dudosa racionalidad, decide realizar una venta de garaje con motivos misteriosos, ya que se encuentra desvariando por momentos y desconectada de la realidad en la que vive. Ante esta situación, vecinos llaman a Marie (Mastroianni) para que cuide de su madre, de la cual se había separado hace ya muchos años por motivos familiares. Es así como, viendo las cosas exhibidas en el patio de su casa, Marie se encuentra con objetos que reactivan recuerdos que son el sustento de un pasado como familia más que perturbador.
El guion tiene sus peculiaridades, ya que maneja largas retrospectivas que, a veces, se extienden mucho. También, al realizarse en cantidad, se dificulta la comprensión de la historia ya que algunos cambios temporales (hechos de forma interesante) son instantáneos. A pesar de esto, el movimiento argumental es fluido y, al acompañarse de una buena banda sonora ejecutada en los momentos necesarios, genera el toque de dramatismo necesario para este film.
Las actuaciones de Deneuve y Mastroianni son excelentes. Madre e hija en la ficción, madre e hija en la realidad: qué se puede esperar de aquella combinación. Ambas se acoplan muy bien en una relación de idas y vueltas donde, mientras de un lado una se encuentra sufriendo, por el otro se genera una disputa interna entre el perdón o el rencor.
En conclusión, “La última locura de Claire Darling” es un film crudo, doloroso y dramático, pero también algo dificultoso de entender dada la fragilidad del manejo del tiempo. A pesar de eso, la dupla protagonista y la buena adaptación y realización por parte de Bertucelli, generan una película que busca un halo de reconciliación y felicidad entre tanto dolor posible de encontrar en cualquier familia.