Eterna noche de histeria
La ópera prima de Massy Tadjedin, quien también se encargó del guión y la producción, es un relato que ofrece cruces de relaciones con poco romance y mucha histeria.
Durante una larga noche, y llevando al extremo los límites de su relación, una joven pareja (Sam Worthington y Keira Knightley) tomará decisiones que pueden tener consecuencias para el resto de sus vidas.
Luego de una leve discusión sobres las dudas y los celos, Michael Reed (Sam) debe realizar un viaje de negocios con Laura (Eva Mendes), su atractiva nueva colega, mientras su esposa Joanna (Keira Knightley) se encuentra, por casualidad, con su antigua pareja Alex (Guillaume Canet), a la salida de un bar.
Si bien el relato es muy pobre y el film no logra levantar vuelo, cabe destacar que las interpretaciones son correctas, menos la de Sam Worthington, a quien se lo ve tieso como si fuera el Hombre de Roca.
Muertos en placares, bares, mucho taxi y un mundo donde la histeria dice presente hasta el final, sin demasiado que ofrecer a la pantalla y en una trama sumamente previsible. Luego de ver La Última Noche queda un gusto amargo y mucha insatisfacción.