Desde Noruega, llega La última Ola, producción de catástrofes que tan acostumbrados nos tiene el cine de Hollywood; pero que aquí se apoya más en el suspenso, que en la grandilocuencia.
Cuando cae el paso de montaña de Åkneset sobre el estrecho fiordo Geiranger en Noruega, se crea una violenta ola de proporciones bíblicas que amenaza con destruirlo todo a su paso, los lugareños intentaran sobrevivir pero esto es solo privilegio para los más fuertes.
A una semana del estreno de El Día de la Independencia 2 de Roland Emmerich, la cartelera le da espacio a otra cinta de catástrofes. Pero a diferencia del exacerbado Emmerich y sus productos como El Día después de Mañana o 2012; en La última Ola; ya sea por falta de presupuesto o un cuidado trabajo en el guión, la tensión es la clave para profundizar en el suspenso del film
En vez de dar de lleno los efectos especiales desde el primer minuto, La última Ola hace una larga introducción de los eventos y de sus protagonistas. Algunos pensaran un poco larga, pero esta hace choque con la correcta contraposición del poco tiempo que tienen los habitantes del pueblo para escapar de la catástrofe. Esta escena de a penas diez minutos, demuestra que con pocos recursos se puede lograr el suspenso buscado (consideren que este film costo 100 veces menos que la mencionada Día de la Independencia 2).
El drama familiar por momentos evoca a la cinta Lo imposible de Juan Antonio Bayona, ambas consecuencias de un tsunami. Pero a diferencia de esta, aquí el protagonista Kristian, hace uso de sus conocimientos en geología para sobrevivir y encontrar a su familia.
Este es otro aspecto logrado de la cinta, sea o no cuestionable; los detalles de investigación del evento son creíbles; y en ningún momento se sienten forzados para la construcción del film.