La creación política y artística de una obra esconde secretos y detalles que pocas veces llegan a aquellos que terminan consumiéndolas.
Alejo Moguillansky construye un potente relato en el que la interdisciplina sirve para enunciar ideas sobre la vida, las relaciones, los hijos, la construcción de la verdad y el snobismo que circunda a grandes obras.