La verdad a cualquier precio, de Ken Loach
Por Gustavo Castagna
Recién hace un par de meses vi Yo, Daniel Blake, hasta ahora la última película de Loach (hoy 81 años) y al terminarla me preguntaba el porqué de la demora en la visualización. No sé aun el motivo ya que pocas veces el director inglés me defraudó con su cine de trazo grueso y contundente, se trate de la descripción de un marco social (en general, clases medias baja o clase sobreviviente) o, en todo caso, poniendo el dedo crítico en la política de su país, trazando thrillers en donde las corporaciones se imponen y acosan al individuo.
Sintetizando: desde los inicios con Pobre vaca (1966), allá en la coda del free cinema inglés, Loach nunca me pareció un cineasta superior pero tampoco un nombre descartable, tal como viene opinando un sector de la crítica en los últimos tiempos. Caídos del cielo, Agenda secreta, Mi nombre es todo lo que tengo, Riff-Raff y Ladybird, Ladybird –aun sobre la base de recuerdos- son títulos más que recomendables.
En una línea media, sin destellos de puesta en escena y aferrándose a una narración por momentos divagante en cuanto a la selección de flashbacks, transcurre La verdad a cualquier precio, Route Irish el original, filmada hace casi ocho años, donde el cineasta explora con mirada profunda y quirúrgica al lado oscuro de su sociedad cuando se toman decisiones extremadamente políticas relacionadas a la muerte y el encubrimiento. La trama ofrece a dos amigos pertenecientes a la SAS (Fuerzas Armadas Especiales) en medio del conflicto bélico con Iraq. Un cadáver será el disparador argumental de la historia a través de la investigación que inician la viuda y el amigo del soldado fallecido.
Loach confía en su particular telaraña narrativa, por momentos compleja y digna de seguir con atención, en otros, confusa y al borde de la autocomplacencia y la gratuidad formal. Como si el guión solo se sintiera cómodo con una estructura de “rompecabezas”, La verdad a cualquier precio fluye a los tropezones, con momentos de tensión y otros más que nada supeditados al poder de la palabra.
En medio de esas oscilaciones narrativas, Loach vuelve a clavar su mirada ácida y crítica al poder británico y a las corporaciones que mandan a la muerte a un montón de individuos con tal de llevar la paz a un mundo siempre en conflicto por culpas propias más que ajenas.
LA VERDAD A CUALQUIER PRECIO
(Route Irish). Gran Bretaña / Francia / Italia / Bélgica / España, 2010). Dirección: Ken Loach. Guión: Paul Laverty. Fotografía: Chris Menges. Edición: Jonathan Morris. Diseño de producción: Fergus Clegg. Intérpretes: Mark Womack, Andrea Lowe, John Bishop, Geoff Bell, Jack Fortune, Talib Rasool, Craig Lundberg. Duración: 109 minutos.