Las consecuencias del impacto
La mesa ya está servida para esta temporada de premios, y uno de los platos más usuales es la historia basada en hechos reales. Si ver a Michael Keaton desenmascarando un complot de la Iglesia no les alcanzó, tienen otra oportunidad con Will Smith desenmascarando a la NFL (Liga de fútbol américano). Casi irreconocible para el público acostumbrado a verlo, cambia radicalmente también su estilo interpretativo. Lejos de ser un especialista en seducción o un agente secreto entre alienígenas, este actor se pone en un rol dramático como el Dr. Bennett Omalu.
Él es un nigeriano (lo que su forzado acento se ocupa de recordarnos a cada rato) en busca del “sueño americano”, pero demasiado calificado para su puesto. Se pasa los días haciendo autopsias en la morgue municipal de Pittsburgh. Ferviente católico, adicto al trabajo y antisocial hasta que un día le toca realizar una autopsia a un jugador de fútbol americano. Sintomas inusuales que no se corresponden con el estado del cerebro comienzan a intrigarlo, por lo que comienza una investigación contra viento y marea para acabar descubriendo una nueva enfermedad. Todo indica que su causa eran los golpes que solían recibir los jugadores, por lo que su trabajo recién empezaba. Comienza entonces una cruzada para publicar y difundir su investigación, mientras recibe descrédito y amenazas de la NFL.
Es una película dirigida a un público puramente “yanqui”, no sólo porque trata de un deporte que en Latinoamérica nos es bastante indiferente, sino por la constante reafirmación de que los estadounidenses son los mejores del mundo. Es cierto que es un estereotipo común en Hollywood, pero en este caso es tan exagerado que podría resultar ofensivo. Es decir, ¿hace realmente falta que el protagonista sea nigeriano y se pase toda la película deseando ser estadounidense? Lo deja claro cuando afirma que Estados Unidos está nomás un escaloncito abajo del Cielo. Por suerte en las (pocas) escenas de la esposa del Dr. Omalu, Prema (Gugu Mbatha-Raw), esto no se repite aunque sí tenemos otro estereotipo; ella es una inmigrante a quien conoce en la iglesia.
Si bien el planteo que nos hace esta película es harto interesante y suceptible a ser explotado, la historia está contada con una estructura narrativa y visual muy predecible. Peca de no haber sabido dar una vuelta de tuerca. Si están familiarizados con los policiales, seguramente les recordará a un capítulo largo de “La Ley y El Orden” o la serie de su preferencia. Igualmente, no todo es crítica, y no podemos dejar de destacar las interpretaciones, especialmente Will Smith y Alec Baldwin. De todos modos nos es más fácil identificarnos con ellos en los momentos en que se sacuden ese nacionalismo que roza lo ridículo. Sin embargo, lamentablemente le falta innovar en el modo de contar la historia. Es evidente que no alcanza con una buena idea, sino que se necesita contarla de una buena manera. Entretenida, pero demasiado común, sin nada nuevo bajo el sol.