El doctor Bennet Omalu es un profesional de alto grado, altamente formado, nacido en Nigeria y que decide mudarse a Estados Unidos para vivir como siempre soñó. Cuando una leyenda del fútbol americano muere en circunstancias extrañas, Omalu, patólogo forense, será el encargado de realizarle la autopsia al finado ex deportista encontrando una patología producto de sus años como futbolista profesional. Es entonces cuando comenzará su lucha contra la NFL, el monstruo que es dueño hasta del séptimo día.
Un nigeriano en Pittsburgh
Como si a las distribuidora y los encargados de traducir los títulos tuviesen memoria a corto plazo, nuevamente llega otro estreno a las carteleras del país bajo el título de La Verdad Oculta, y no hay que confundirlo con la cinta de 2010 protagonizada por Rachel Weisz que casualmente llegó con el mismo nombre a las salas.
Concussion –su título original–, nos traerá una historia bastante interesante que tranquilamente se podría extrapolar a nuestro país: ¿qué pasaría si se descubriera que nuestros ídolos del fútbol padecen una enfermedad mental producto de sus años como profesionales del balón? Imaginemos que el Burrito Ortega, el Titán Palermo y tantas otras leyendas van cayendo uno por uno consumidos por un negocio más grande que todo un país junto. Esa es la premisa que nos propone La Verdad Oculta, estrellas queridas por los estadounidenses se ven afligidas mentalmente hasta llegar a la muerte y nadie sabe el porqué.
Will Smith se pone en la piel del doctor Bennet Omalu, un médico nigeriano que vive en Estados Unidos. Siempre se le ha achacado a Smith que realiza el mismo papel, concatenando varios roles mediocres apagando la estrella que supo ser en algún momento. Lo cierto es que con esta interpretación, Smith se redime totalmente de tantos papeles mal actuados, dándole vida a ese doctor egoísta, egocéntrico y ambicioso que producto de la serendipia se encuentra con algo muchísimo más grande que él.
Smith afortunadamente no hace de Smith, y el acento africano que usa en sus diálogos no está para exagerado y le sienta muy bien, nos olvidamos de que estamos viendo al actor que repetía sus papeles con distintos nombres una y otra vez. Una más que encomiable interpretación que sorprende que no haya sido reconocida por la Academia, siendo solamente nominado a los Globo de Oro como mejor actor en una película de drama.
La Verdad Oculta se hace fuerte en las actuaciones de sus protagonistas y en su sólido guion. Pudiendo caer fácilmente en diálogos enrevesados, donde las explicaciones de lo que les sucede a los ex deportistas sean galimatías llenos de términos técnicos que la mayoría del público no pueda comprender, la cinta opta por hacerlo lo más simple posible, y en ningún momento se hace difícil entender la patología de los pacientes.
Si bien podría la trama es una especie de David y Goliat en nuestros tiempos, la historia de Omalu contra la NFL termina reduciéndose a algo tan básico como el sueño de un extranjero de vivir en Estados Unidos solo porque el país es genial y porque “podés hacer lo que quieras, podés ser quien quieras”. Un mensaje tan pero tan básico que termina siendo un oprobio para el espectador y termina asolando casi por completo todo lo realizado.
Conclusión
El guion de La Verdad Oculta es su gran fuelle, la trama hace que poco a poco nos interesemos por los problemas neurológicos de los ex jugadores y el litigio de Omalu con la NFL y eso resulta ser un gran mérito. Después de concatenar bodrio tras bodrio, Will Smith nos brinda una actuación magistral y es ostensible el compromiso del actor con el papel, siendo quizás esta interpretación una bisagra en su carrera. Es cierto que el ritmo de la cinta es un tanto lento, pero los toques de suspenso terminan salvando la partida, por lo que no deja de ser una opción recomendable.