La verdad oculta

Crítica de María Paula Putrueli - A Sala Llena

Hablar por los muertos.

La traducción literal del título, Concussion, sería Conmoción Cerebral. Sin embargo, ambos títulos (ese y La Verdad Oculta) hacen correcta referencia al argumento de la película. La misma trata sobre el experto neuropatólogo Bennet Omalu, nacido en Nigeria e instalado en los Estados Unidos, con el sueño de sentirse reconocido como un verdadero americano. Ese lauro y otros más llegarán tiempo después, no sin sufrir ciertas consecuencias laborales y personales.

Basada en hechos reales, nos relata cómo a través de la autopsia de Mike Webster (David Morse, siempre genial), un reconocido y querido jugador de fútbol americano, el doctor Omalu descrubre el síndrome ETC (Encefalopatía traumática crónica), una lesión cerebral difícil de reconocer en los estudios típicos médicos, pero consecuente de las constantes contusiones que sufren los jugadores de este deporte a lo largo de los años.

Más casos irán surgiendo a lo largo de la investigación. Will Smith (en uno de los mejores papeles que ha desarrollado al momento) contará con la ayuda y apoyo de un médico proveniente de la intimidad de uno de los equipos locales (Alec Baldwin), amigo íntimo del fallecido Webster. La batalla por dar a conocer la verdad sobre esta grave lesión será quijotesca: no sólo se enfrentarán ante una industria multimillonaria, sino que irán en contra de uno de los mayores entretenimientos del público norteamericano.

Reuniendo un gran elenco, esta historia verídica es una muestra más del poder que ejercen el dinero y la política, llevándose puesto la salud tanto de esos niños que son alentados desde pequeños a realizar este deporte, como de los adultos, a quienes dejan aislados y sin contención médica ni psicológica, por lo que se producen varios casos de suicidio en el camino.

Escrita y dirigida por Peter Landesman, y basada en un artículo de la revista GQ titulado “Game Brain” de Jeanne Marie Laskas, invita a la reflexión y propone una toma de consciencia. Tal vez sería una película más del montón, pero la soberbia interpretación de Will Smith la convierte en un film digno de verse.