La verdad oculta, estreno de esta semana con una gran actuacion de Will Smith.
La verdad oculta cuenta la historia de cómo Bennet Omalu, un médico nigeriano residente en EEUU, logró identificar una enfermedad degenerativa (traumatismo craneoencefálico crónico) que afectaba exclusivamente a los jugadores de fútbol americano y que estaba causando serios problemas a algunos profesionales retirados. Omalu se especializó en temas forenses y realizando la autopsia de Mike Webster, una ex estrella de los Pittsburgh Steelers descubre lesiones parecidas a los de las personas que sufren de alzhéimer o demencia.
Típico exponente de David contra Goliat, La verdad oculta, peca de excesiva corrección y muestra menos de lo que sugiere. En ese sentido, parecen leves los “aprietes” que el médico y su entorno sufren a raíz de su descubrimiento. El enfrentamiento de un hombre de ciencia, con pruebas irrefutables, contra una corporación poderosísima, la NFL (National Football League) que mueve millones de dólares.
El director Peter Landesman se apoya en una sólida actuación de Will Smith quien interpreta a Omalu, un médico algo tímido, obsesivo, y con una pizca de soberbia. Cuenta además con un sólido reparto de secundarios como David Morse (el jugador cuya autopsia motoriza la investigación), Albert Brooks (el jefe de Omalu y su mentor) Alec Baldwin (un ex médico del equipo de Pittsburgh) Luke Wilson, como el villano de la NFL y la actriz Gugu Mbatha-Raw, una inmigrante de Kenia, alojada por Omalu, quien tiene a cargo la subtrama romántica.
La verdad oculta (Concussion) sobrevoló la zona de nominaciones al Oscar, en el siempre atractivo mundo de las denuncias con contenido social, con el subtítulo “Basada en hechos reales”.
No logró nominaciones en ninguna categoría. En parte debido a cierta frialdad con la que maneja el tema álgido de las lesiones en algunos deportes y la ambivalencia de glorificar el sueño americano (en el doble exponente de llegar a la gloria a través del deporte y del médico extranjero que descubre algo que puede causar la temprana muerte de muchos). O quizás por que los votantes son demasiado conservadores y prefieren no tocar al más exitoso de los deportes en Estados Unidos.
Entre temas fríos y calientes, La verdad oculta no termina de definir que temperatura prefiere obtener, quedándose en un clima tibio. No obstante, es valiosa como denuncia de un tema desconocido fuera de las fronteras de EEUU. Sobre todo teniendo en cuenta que dentro de ese país, hay quienes prefirieron soslayar la crueldad de ese deporte, y acusar al médico que descubre la atrocidad causada por los infinitos golpes en la cabeza que sufren los jugadores, de querer “feminizar el football americano”. Es preferible no reconocer que a veces la verdad duele.