Vida animal
En 2010, Illumination Studios llegó para agregar algo de color y vivacidad al mercado de cine infantil animado en grandes ligas. Con Disney/Pixar reinando en cuanto a solidez de guion y avance en tecnología de animación, y Dreamworks liderando una vereda opositora marcada por el humor moderno (con las que perfectamente podían ser comedias live actions de la Nueva Comedia Americana), el trazo más simple, las referencias pop, y el montaje animado vertiginoso y videoclipero.
Con Mi villano favorito, que justamente competía con la similar Megamente, lograron pisar fuerte, devolviendo el slasptick clásico y trayendo algo del espíritu de las caricaturas de los Looney Tunes y similares. Entre lo refinado y lo alocado.
Nueve años pasaron. La empresa del ratón y la lámpara siguieron evolucionando en complejidad tanto técnica como narrativa; los del cielo con globos y el nene pescador lograron traspasar el interminable post/copia de Shrekhacia apuestas más contundentes, pero los creadores de los Minions parecieran haberse quedado en el molde, o no haber podido estar a la altura de las expectativas.
En 2016 aterrizó uno de sus últimos éxitos, La vida secreta de tus mascotas, una descarada copia de Toy Story, que robaba todo de la película original de Woody y Buzz, y algo más de las dos secuelas, pero con animales en lugar de muñecos.
No obstante, la fórmula rindió, y si bien no se convirtió en un clásico ni mucho menos, en taquilla los números cerraron permitiendo el estreno de esta secuela, La vida secreta de tus mascotas 2, justo la misma temporada en que estamos celebrando el arribo de Toy Story 4¿Cómo siguieron con sus vidas estos simpáticos animalitos “a espaldas” de sus dueños que los ven como simples mascotas? Veamos.
Historias en la gran ciudad… y algo más allá
¿Se acuerdan del capítulo de Los Simpson, 22 short films about Springfield (22 películas cortas sobre Sprinfield)? Bart y Millhouse asomados en el puente, observando la rutina de la ciudad mientras varias historias transcurren alrededor de forma intermitente. La vida secreta de tus mascotas 2pareciera tener una estructura similar de mostrar varias historias en simultáneo, sin hacer pie en ninguna, quedando como una sumatoria de cortos.
La diferencia es que en la serie es un efecto deliberado a modo de presentar un mosaico urbano, y hasta de alguna forma homenajear a Pulp Fiction, entre otras. En La vida secreta de tus mascotas 2pareciera ser más un efecto logrado por la imposibilidad de plantear algo concreto que justifique el largometraje.
La vida secreta de tus mascotastenía la excusa de mostrar qué hacían nuestros animales domésticos cuando los dejamos solos, llevando una vida alocada a nuestras espaldas mientras buscamos otras explicaciones lógicas para justificar el desmán posterior.
Para La vida secreta de tus mascotas 2 esa mirada por la cerradura a la intimidad de la soledad mascotera ya fue planteada, y no ofrecía novedades para seguir hurgando, por lo que había que ir más allá. En primer paso, olvídense de eso de hacerlo a espaldas nuestras: acá las mascotas se comportan de modo humano delante de nuestros ingenuos ojos ¿Borra eso el planteo del film original? Y sí, pero ese no será su mayor inconveniente.
Mil intentos y…
Los perros Max y Duke ahora viven juntos porque sus dueños se enamoraron y tuvieron un hijo. Al principio Max rechaza al bebé, pero al instante se encariña al punto tal de obsesionarse con él y querer protegerlo de cualquier peligro, ocasionándole urticaria. Esto solo ya hubiese alcanzado para contar una historia. Pero no, después la familia se va a un viaje de campo, y conoce a Rooster, un perro anciano más curtido que él. A todo esto, Duke fue relegado a menos que un segundo plano.
El conejo Snowball ya no es un capo mafia, es más, nada sabemos de su pandilla, ahora es un dulce conejito hogareño que -cual Buzz Lightyear- juega con su dueña a los superhéroes y cree que realmente es uno. Toy Story nos demostró que con esto se puede hacer una película excelente. Pero no, después aparece una perrita, Daisy, que contacta para ir a rescatar un tigre blanco de las manos de un siniestro dueño de circo, y después no saben dónde ubicar al tigre, y después… etcétera.
Por último, tenemos a la consentida perrita Gidget, que ya no es más alocada y ahora solo es una nena mimada; su amor imposible Max le encarga cuidar de una pelotita de goma, y esta, casi al instante la pierde. Para rescatarla acudirá a la gorda y desanimada gata Chloe para que la ayude a comportarse como un felino; esto es solo la primera parte de sus aventuras.
Tres aristas que (casi) no se tocan, y que cada una irá cambiando de eje permanentemente. El resultado: un caos narrativo que no habla de nada en concreto, deja mensajes difusos, y se refugia en un humor repetitivo y muy poco efectivo.
El carisma de los personajes está diluido respecto a la primera película, algunos cambiaron su personalidad antojadizamente. Lo único que se agradece es que, pese a tener un planteo tan variante, el montaje es menos vertiginoso y convulsivo que en la anterior.
La animación, si bien es correcta y hay algunos fondos realistas, no presenta nada que la destaque de la media, o la ubique aunque sea a la par de sus competidoras más avanzadas.
Chris Renaud y Jonathan del Valtienen poco para ofrecer en La vida secreta de tus mascotas 2, una secuela solo apta para quienes fueron a buscar más de lo mismo, sin ningún intento de superarse o variar en algo la propuesta. La sensación de excusa, de tratar de copiar el éxito, y no tener el ímpetu creativo para aunque sea crear un argumento sólido, es demasiado fuerte como para considerar que esto vale la pena.