Más animaladas
Cuando La vida secreta de tus mascotas (The Secret Life of Pets, 2016) arribó a los cines, un universo nuevo abría la posibilidad de explorar aquello que los animales domésticos hacían/pensaban/debatían mientras sus “amos” no estaban en sus hogares. Esa curiosidad también era la posibilidad de jugar con la comedia desde el vodevil y la incorrección política.
El mix entre Monsters, Inc, más la irreverencia de los estudios Ilumination (responsables de los Minions), permitían encontrar el justo equilibrio para reflejar desde ideas simples, a pensamientos mucho más complejos, con la posibilidad de jugar con su disfraz de película infantil y que toda reflexión pase de manera secundaria.
Pero en La Vida Secreta de tus Mascotas 2 (The Secret Life of Pets 2, 2019), dirigida por Chris Renaud (Mi villano favorito, El Lorax: En Busca de la Trúfula Perdida), la propuesta avanza hacia lugares menos obvios, sumando el exterior como un horizonte narrativo, llevando a los protagonistas al campo, el circo, la ciudad, y en ellos organizar una estructura discursiva que en el obstáculo y los conflictos, termina por reforzar ideas sobre la amistad, el trabajo en equipo y la incorporación del distinto.
La trama, en esta oportunidad, se dispara a partir que los humanos que conviven con Max (el perro protagonista), agrandan la familia, por lo que entre el juego de la adaptación de todos al recién llegado y la necesidad de revisitar el rol de cada uno de los personajes en la trama, desandará la historia. Además, el relato se apoyará en la incorporación de nuevos compañeros de aventuras a los ya conocidos -Snowball, Gidget, Duke y Chloe-, quienes agregarán tensión, aventura y adrenalina a la propuesta.
Sólo para mencionar a uno de ellos, La Vida Secreta de tus Mascotas 2 en su versión original tiene a Harrison Ford como el perro responsable del campo al que Max va a pasar unos días con su familia, generando una subtrama que disparará la evocación de aquellos relatos en los que el maestro le enseña a su discípulo (Karate Kid, por ej.) a “vivir”, y en esas “clases” de una manera y otra, se transforman ambos.
Hay otra historia, que luego terminará por encauzar la segunda parte del relato: la de Snowball tratando de rescatar a un tigre de las garras de un siniestro dueño de un circo, que sólo quiere exponer al felino a situaciones extremas y peligrosas para conseguir más público en la carpa. Y una más, en la que Gidget, esa pequeña poodle ultrafemenina, será aconsejada por la gata Chloe para transformar su apariencia canina a la de un gato y así rescatar un objeto muy preciado por Max.
El tríptico narrativo propuesto en este reencuentro, más la suma de gags y el humor que atraviesa todo el largo, como así también la curiosidad por continuar indagando en la soledad de los animales para potenciar situaciones irónicas e incorrectas, hacen de La Vida Secreta de tus Mascotas 2 una versión superadora de su predecesora, construyendo entre risas moralejas para los más pequeños, y una lectura ácida de la sociedad en el subtexto para los mayores más avezados. Atención al cambio de voz de Max en su versión original, Louis C.K. tras las acusaciones de abuso es reemplazado correctamente por Patton Oswalt.