Perros y gatos, unidos por la animación
La nueva producción de los creadores de Mi villano favorito y Los Minions es vistosa y eficaz para un público infantil a partir de una sumatoria de estímulos que nunca decrece. Puro vértigo.
Chris Renaud (director de la saga de Mi villano favorito y uno de los responsables de la poderosa productora Illumination) abandona por un rato el universo de Gru y los Minions para ofrecer una historia centrada en animales. Más precisamente, en las mascotas que -mientras sus dueños parten a trabajar- viven una serie de desventuras por las calles de Nueva York.
El protagonista es Max (la voz de Louis C.K. en la versión original que no vi), un perro terrier adoptado por una joven entusiasta y bien intencionada (y políticamente correcta). Sus problemas comienzan cuando Katie (Ellie Kemper) lleva también al hogar a Duke (Eric Stonestreet), un can gigantesco que pronto querrá ganarse no sólo el corazón de la dueña sino también apropiarse de las principales comodidades del lugar.
Pero la creciente lucha de poder entre ambos quedará de lado cuando son atrapados por Control de Animales. El resto de sus amigos (perros, gatos y pájaros) deberá embarcarse en su búsqueda e ingresar en un submundo oscuro (alcantarillas, zonas abandonadas) dominado por animales abandonados que manifiestan un odio profundo por las mascotas lindas, limpias y bien alimentadas por los humanos. Allí aparece el malvado de turno que no es otro que Snowball (Kevin Hart), un conejito blanco en apariencia encantadora, pero capaz de tener las peores actitudes (lo mejor de la película) .
La dinámica entre Max y Duke es, digamos, bastante similar a la de Woody y Buzz en la saga de Toy Story. Por otra parte, La vida secreta de tus mascotas apuesta todo el tiempo a la acción, al movimiento, al vértigo, al humor físico. No hay, por lo tanto, espacio para profundizar en los personajes ni trabajar conflictos demasiado elaborados (mucho menos en construir referencias para el público adulto). Todo es básico y relativamente eficaz para el público infantil. Animales simpáticos, una animación con colores fuertes y un ritmo que nunca decae. Muchos estímulos para una generación que no tiene demasiado tiempo para distraerse ni pensar. Animación modelo 2016.
Nota: Antes del largometraje se exhibe el corto Mower Minions con los simpáticos y minúsculos personajes amarillos sufriendo todo tipo de contratiempos mientras intentan arreglar un jardín (con el objetivo de juntar dinero para comprar un producto que han visto en un infomercial) para delicias de los jubilados de un geriátrico que observan la acumulación de ridiculeces que protagonizan.