Desde que salió el primer adelanto y nos enteramos de qué iba la cosa con “La Vida Secreta de tus Mascotas” (The Secret Life of Pets, 2016), todo parecía tener un olorcito a “Toy Story con animalitos” que no se podía evitar.
La premisa de “¿qué hacen las mascotas cuando sus dueños no están en casa?” resulta más que divertida, sobre todo cuando conocemos a los peludos protagonistas de esta aventura animada ambientada en Nueva York, pero al final del día todo se reduce a lo mismo: dos animales perdidos en la ciudad, tratando de limar asperezas mientras deben unir fuerzas para volver a casa y a los brazos de su dueña. ¿Les suena?
La gente de Illumination Entertainment, los mismos creadores de “Mi Villano favorito” (Despicable Me) y “Los Minions”, se esforzaron para salir de sus franquicias más conocidas y regalarnos un abanico de personajes originales. A pesar de los esfuerzos, y un increíble despliegue visual –la recreación de Nueva York es impecable-, a los más grandes, acostumbrados a este tipo de películas, la historia les va a parecer demasiado genérica desde su construcción y su trama, algo que ya vimos infinidad de veces en la pantalla grande. Pero esta es, ante todo, una aventura para pequeñines cargada de acción, humoradas y personajes de todo tipo y tamaño.
Max vive cómodamente con su dueña (Katie) en un pequeño departamento de Manhattan, rodeado de otros vecinos perrunos y gatunos. Su vida es un paraíso, y su única preocupación es contar los minutos hasta que Katie vuelve a casa del trabajo para seguir jugando y recibir su cariño. Todo cambia cuando la chica decide agregar otro can a la ecuación, Duke, un enorme y peludo cuadrúpedo recién salido de la perrera, que en seguida deja en claro que a él no le gusta compartir.
Y así comienza esta conflictiva relación entre Max y Duke, dos perritos súper domésticos que pronto terminan perdidos por las calles de NY y en medio de una banda de animales “salvajes” que odian a los humanos liderados por Snowball, un conejo bastante psicópata. Los vecinos peludos de Max saldrán a la búsqueda de su amigo, desatando el caos e la ciudad y un sinfín de situaciones hilarantes.
“La Vida Secreta de tus Mascotas” no llega a nuestras salas en idioma original y ahí es donde pierde puntos para los adultos. Martín “Campi” Campilongo es el encargado de prestarle su voz a Duke, un can con un acento (y modismos) bastante argentino que choca con la “neutralidad” de los doblajistas de otros países latinoamericanos. Una decisión artística de los productores que, en teoría, le otorga a cada animal su propia personalidad, pero en la práctica suena bastante descolocada.
“La Vida Secreta de tus Mascotas” intenta ser diferente, pero se queda por el camino. Illumination desaprovecha una gran oportunidad de mostrarnos, realmente, que ocurre con las mascotas cuando sus dueños no están a la vista y despacharse, por ejemplo, con algo parecido a “La Ventana Indiscreta” (Rear Window, 1954). Sin embargo, esta premisa se convierte sólo en una anécdota que funciona como prólogo de la película y un chiste recurrente a lo largo de la trama.
Los personajes tampoco enamoran. Les falta desarrollo, carisma, ese “que se yo” que nos permita identificarnos y emocionarnos con sus historias. Eso no llega a ocurrir por la velocidad con la que avanza el relato, más preocupado por pasearnos de un lado para el otro.
Desde la estética no hay nada que reprocharle, todo lo demás, termina siendo una historia animada del montón que, seguramente, tendrá un montón de secuelas. Lástima, tenía potencial, pero no deja de ser otra aventura con animalitos parlanchines.