Aunque no demasiado “imaginativo”, este documental tiene una enorme ternura y mucha verdad. Muestra a aquellas divas de los 80, rescatadas recientemente para el teatro, mostrar qué es de vivir sin brillos, cómo se sobrevive, cómo se vuelve, qué es eso de ser o sentirse una estrella. Más allá de cualquier nostalgia, la humanidad del retrato otorgan al film una rara nobleza y una gracia casi accidental.