Acción extrema made in Corea
El director Jung Byung-Gil responsable de la fundamental “Confessions of murders” nos trae esta verdadera joya del cine oriental más violento
Desde niña, Sook-Hee ha sido entrenada para convertirse en una asesina. Luego de la muerte de su mentor es reclutada por Madame Kwon, la jefa del servicio de información de Corea del Sur, para ser agente del gobierno. Con una nueva identidad como actriz de teatro deberá hacer frente a su violento pasado que se niega a soltarla.
Las heroínas del cine de acción están gozando de muy buena salud. Desde aquella Inolvidable Nikita de Luc Besson hasta la seminal performance de Tarantino con su Kill Bill ha corrido mucha agua bajo el puente. Desde Angelina Jolie como una sicaria en Se Busca hasta Charlize Theron masacrando villanos en Atómica, las chicas de armas tomar han ganado un lugar en un tipo de cine que parecía exclusivo de los héroes de acción inflados por anfetaminas. ¡Enhorabuena! Pero el cine coreano, tan especial y tan único a la hora de rodar cintas de acción violentas, se debía una buena película de "asesina implacable", y esta llegó con La Villana.
Tan imaginativa y alocada como cualquier largometraje del genero hecho en ese país, la cinta en cuestión suma además una labor extraordinaria de su protagonista Kim Ok-Vin, enérgica, salvaje, implacable e irresistible.
Las escenas de acción, están generesomente regadas de sangre, pero además presentan elaboradas coreografías e intrincadas puestas de cámaras. Todo presentado con un montaje frenético al ritmo de una música poderosa y una iluminación de brillante sordidez. Como muchas exponentes del cine coreano, aquí también el argumento es laberíntico y demasiado entreverado, pero condimentado con estilo y potencia, lo que hace del filme un cóctel irresistible para los cultores del genero.
Una trama de venganza y redención, con algo de viñeta y otro poco de estética de video juego violento, que en manos de un experto cineasta logra posicionarse como una pequeña gema a descubrir.