Premiado en Cannes, el film está contado desde la mirada de un niño y se ocupa de lazos de sangre entrañables, que redoblan la apuesta en las peores circunstancias. Un chico de 13 años, sin mamá a la vista, vive con su padre, Celle, en la casa de su abuela. Celle está lejos de ser el papá ejemplar, pero a su manera quiere profundamente a su hijo. Comparten la casa tres tíos con quienes Celle se agarra unas borracheras fenomenales. Queda claro que no es el ambiente ideal para una criatura que está por entrar en la adolescencia. Así y todo, para el muchachito ese es su lugar en el mundo. Una visita del Servicio de Protección Infantil intentará poner las cosas en su lugar. Las autoridades deciden que no es ese el hábitat adecuado para el chico. Tiempo de cambios y separaciones que duelen mucho. Habrá que ver si la fuerza y la intensidad de los afectos pueden más que lo que imponen las reglas de convivencia.