Neil Jordan (“We’re No Angeles”, “Interview with the Vampire”) nos brinda un film con aire y espíritu de clase B, donde una mujer mayor busca con desesperación llenar un vacío sin importar las consecuencias. Este pequeño pero interesante film, posee ciertos momentos de ingenio más allá de que en algunos tramos pueda resultar algo exagerado e inverosímil y también peque de algunos recursos vistos y poco originales. No obstante, la película se sostiene por el vertiginoso ritmo que le imprime el director, sin perder tiempo en introducciones y/o desviaciones innecesarias y sumergiéndonos de lleno en la trama de la cinta, y por un interesante grupo de intérpretes que posee una gran química en pantalla.
El largometraje cuenta la historia de Frances (Chloe Grace Moretz), una dulce e ingenua joven que, tras la muerte de su madre, se muda a Manhattan con su amiga Erica (Maika Monroe). Cuando encuentra en el metro un bolso extraviado, decide entregárselo a su legítima dueña, Greta (Isabelle Huppert), una pianista viuda con una desesperada necesidad de compañía. Rápidamente se convierten en amigas (ambas buscando llenar el hueco de sus afectos perdidos), pero su amistad cambia cuando se descubren las siniestras intenciones de Greta.
En la línea de películas como “Fatal Attraction” (1987) y “Misery” (1990), el relato ofrece una mezcla entre suspenso e intriga con ciertos toques de terror, llevando al espectador a tratar de descubrir esta enmarañada red de mentiras. Quizás algunos momentos parezcan anticipables y otros sean bastante sorprendentes, lo cierto es que la película se mantiene en un terreno cómodo pero eficaz mostrando un gran duelo actoral entre la fascinante actriz francesa Huppert y la joven promesa Moretz (algún que otro momento puede que se vea absurdo o exagerado pero eso también es parte del espíritu de la obra). Maika Monroe también sorprende como la ayudante de la protagonista que tiene un rol fundamental en la trama y no se limita solamente a ser la excusa narrativa para la presencia de Frances en la gran ciudad.
Obviamente la película podría haber sido mucho más considerando el talento detrás y delante de cámara pero se nota que Neil Jordan estuvo cómodo al ofrecer un entretenimiento pasajero sin demasiadas pretensiones. Desde ese aspecto el film cumple y es más que redondo. Si el espectador busca algo más se verá decepcionado.
“La Viuda” es un pequeño relato de clase B, bien confeccionado a pesar de cierto grado de familiaridad con otras producciones del estilo. Un film bastante divertido y llevadero que se beneficia de un elenco interesante y de un ritmo avasallante.