La justicia tiene cara de mujer
En concordancia con el día de la mujer llega a todos los cines el estreno de La voz de la igualdad. La película retrata la vida de Ruth Ginsburg (Felicity Jones), una prestigiosa abogada que logra una revolución muy importante en contra de la discriminación a la mujer en los años ’70.
El film comienza con una gran decisión cinematográfica, donde vemos planos de un mar de hombres trajeados subiendo unas largas escaleras y la figura de la protagonista imponiéndose entre ellos, como dando entender que se estaba adentrando en un mundo en el que no era para nada bienvenida en esos tiempos.
Al tratarse de una biopic, la película llega por todos los clímax conocidos en este tipo de proyectos. Aquí la narración es cronológica y vemos a la joven Ruth ingresar a la Universidad de Harvard para estudiar derecho y que luego por varios problemas por su condición de género, no llega a trabajar de socia en ninguna firma y termina siendo profesora en una universidad.
El film cuenta con una gran actuación de Felicity Jones, que con el tiempo se va convirtiendo en una actriz con un rango muy versátil de actuación. El que también está bien es Harmie Hammer, quien personifica al esposo de la protagonista, aunque por momentos da la sensación que pudo haberle dado más a su personaje.
Con el correr de los minutos la historia de Ruth te va atrapando más y más, si es que no conoces con detalle su vida. Pero comete varios errores de repetición de momentos innecesarios y también puede resultar abrumador escuchar reiteradas veces términos de derecho si no estás familiarizado en el tema. Sin contar que llegado a cierto lugar de la trama, más te vale que no te hayas levantado para ir al baño porque habrá algunos nombres específicos que tendrás que recordar para no perderle el hilo a la historia.
Aunque sin lugar a dudas, lo más destacado es la escena final en la corte. El discurso poderoso que la protagonista les dice a esos jueces de la suprema corte es increíble y evidencia el maltrato que el género femenino tiene que lidiar en el ámbito laboral como también en el simple hecho de no poder caminar por una calle en libertad.
La voz de la igualdad es una película que estaría muy bien que todo el público vea, tanto hombres como mujeres, pero que si le exigimos desde el lado del cine tiene algunos errores comunes que no la hacen una propuesta excelente a fin de cuentas.
La voz de la igualdad es una película fuerte, esperanzadora y necesaria en los tiempos que vivimos.