Las virtudes están por encima de esos defectos: eficacia narrativa, actores que se creen lo que están haciendo, buen aprovechamiento de las reglas del melodrama judicial.
A esta altura, y dado que la película no logró ser competidora a los Oscar aunque estaba diseñada para ello, uno pensaba que esta biografía de Ruth Bader Ginsburg sería mejor. Pues bien, los problemas básicos de esta película consisten en su didacticismo constante y en el subrayado paralelo entre grupos discriminados (mujeres y negros, claro, en los EE.UU. de los años sesenta).
Pero las virtudes están por encima de esos defectos: eficacia narrativa, actores que se creen lo que están haciendo, buen aprovechamiento de las reglas del melodrama judicial, construcción efectiva de los ambientes en los que se desarrolla la trama.
La mejor enseñanza que puede dejarnos esta película es que el entretenimiento es un excelente vehículo de ideas si se toma en serio en tanto entretenimiento. Cuando cumple con su premisa, la película funciona. Cuando no, molesta un poco. Pero el balance es positivo.