Saber lo que se quiere y luchar por ello hasta el final.
El título original es On the Basis of sex, la dirección estuvo a cargo de Mimi Leder y el guion recayó en Daniel Stiepleman; la película fue llevada a la pantalla con el protagonismo de la gran Felicity Jones, quien encarna a Ruth Bader Ginsburg, una abogada que a pesar de haber conseguido su título con los mejores honores no podía representar un caso en la corte por el simple hecho de ser mujer.
Este film es un homenaje a una mujer que ante todas las dificultades que se le presenta en la vida decide con firmeza lograr lo que cree que le corresponde.
Ruth fue la primera mujer en el mundo que llevó y representó en la corte un problema de género, hasta el momento ignorado por la sociedad machista de los años 60. A su vez, a partir de su lucha, Ruth ocupó un lugar en la corte como jueza, algo impensado para las transiciones que estaban sucediendo en todo el mundo.
La voz de la igualdad acierta en sumarse a un cine que tiene como protagonismo la lucha de la mujer en un mundo dominado por el patriarcado, nada tiene que ver con una mujer heroína, ni la mujer omnipotente; sino que más bien te lleva a una realidad que hasta el día de hoy existe; que es sencillamente cómo la mujer tiene que esforzarse doblemente por conseguir un lugar en un mundo masculino, a partir de su condición biológica que le impide llegar a un lugar en el que está completamente capacitada por ocuparlo.
Asumo que es un film que debería ser visto sin ningún inconveniente. En los primeros veinte minutos nos enfrentamos a grandes elipsis temporales, justificadas ya que lo importante del film es la vida de Ruth con un titulo en la mano siendo rechazada en trabajos que podía conseguirlos perfectamente.
Me alegra saber que aún se pueden comercializar películas que rindan homenaje en vida a personas que hicieron algo por un mundo un poco más justo.