El largo camino de la urbanización de la villa Rodrigo Bueno, instalada en un lugar “incómodo” para fuertes intereses económicos en una zona considerada la más cara de Buenos Aires. Los años de reclamos, de organización y votaciones para elegir delegados, las quejas y reclamos de los vecinos antiguos y nuevos, frente a una realidad que desea la construcción suntuosa y la ignorancia de los más necesitados. Un desfile de propuestas, algunas sinceras, otras inalcanzables y por fin una votación histórica que trasformará la miseria en viviendas dignas. Un sueño que parecía imposible y que ahora esta aprobado por la ley. El documental de Luis Laskier registra en seis años parte del largo proceso desde la elección de los delegados en el 2012 hasta el 2018, para llegar a la votación donde se reconoce el lugar como un barrio de la ciudad.
Propaganda política disfrazada de película, este documental no logra transmitir el verdadero sentimiento de aquellos sin techo que se han dedicado, como pudieron, a luchar por su derecho a una vivienda. Larreta respondiendo preguntas guionadas mientras come con recelo una empanada son sólo algunos de los imperdonables momentos de la propuesta.
Este valioso documental registra el largo proceso (seis años en total) que terminó con la sanción de una ley que promueve la reurbanización e integración como barrio porteño de la villa Rodrigo Bueno, varias veces amenazada por intereses inmobiliarios. En la ejemplar lucha de Luis, un inmigrante peruano transformado en tenaz delegado de los humildes vecinos de esas cuatro manzanas precarias y muy próximas al lujoso ambiente de Puerto Madero, queda sintetizada la de toda una comunidad, capaz de sostener sus derechos en un contexto difícil y de ese modo generar conciencia de una enorme insensatez: que persistan los problemas de vivienda en Buenos Aires, donde existen unas 350 mil que sus dueños siguen hoy manteniendo vacías.