Hace algunos años el director Seth Gordon estrenó Horrible Bosses, una película que gracias a su divertido y original concepto logró ser un éxito de taquilla. Este film pretende repetir la misma fórmula con los ascendentes Jason Bateman (Arrested Development) y Melissa McCarthy (Damas en Guerra) en los papeles principales. Pero lamentablemente un rayo no cae en el mismo lugar dos veces, y a pesar de contar con un elenco cómico de lujo y una interesante historia como punto de partida, Ladrona de Identidades termina siendo una película poco graciosa y excesivamente (e innecesariamente) sentimental.
Doble Identidad
Sandy Patterson es un hombre común y corriente, tiene una esposa, dos hijas, acaba de cambiar de trabajo y su vida parece encaminarse hacia un fantástico futuro. Pero hay un problema, Sandy es víctima de un robo de identidades. Usando sus datos y por medio de una falsa tarjeta de crédito, Diana gasta miles y miles de dólares a su nombre. Cuando Sandy descubre lo que está ocurriendo y con la policía atada de manos (por el bien de la historia) decide solucionar las cosas por su cuenta. Es por eso que Sandy viaja a Florida e intenta convencer a Diana de que lo acompañe a Denver para así solucionar todos sus problemas, pero la mafia y un temible cobrador aparecerán en escena complicando aún más las cosas.
Oda a la mediocridad
Ladrona de Identidades se estrena en los cines argentinos por una simple razón: recaudó mucha plata en Estados Unidos. Año tras año en el país del norte se ven centenares de comedia que, a pesar de obtener buenas críticas, nunca llegan a nuestros pagos por el hecho de que no funcionaron desde el punto de vista económico y ninguna distribuidora nacional se anima a traer. A lo que quiero llegar con esto es a lo siguiente, estrenar Ladrona de Identidades es “ir a lo seguro” y la película es un fiel reflejo de eso. No hay nada en el film que no hayan visto antes, quizás la historia pueda parecer original, pero créanme que de la forma en que está tratada no hace más que hacerla sentir como un largo deja vú de dos horas.
El guión escrito por Craig Mazin es dolorosamente mediocre, se mete en todos los lugares comunes habidos y por haber y la dirección de Gordon nunca intenta siquiera ir un poco más allá. Si algo bueno se puede decir de esta película es gracias a sus dos personajes principales: Jason Bateman y Melissa McCarthy. La química del dúo es innegable y es lo único que nos permite seguir prestándole atención al relato. Está claro que el objetivo de una comedia es divertir, pero para lograr eso se necesita algún tipo de sustento y eso es de lo que carece Ladrona de Identidades. Sí, hay chistes y más de una vez nos pueden sacar una sonrisa. Pero olvídense de reírse a carcajadas. Para colmo de males llegando al final el film toma un giro (bastante obvio debo agregar) hacia el melodrama barato, y aunque plantea interesantes preguntas sobre la identidad (¿nos define lo que hacemos o de donde venimos?) la culpa y las responsabilidades, nunca se molesta en responderlas porque básicamente esa nunca fue su intención desde un primer momento. El guión se empecina en cerrar la historia con un final feliz (obviamente, porque esto es Hollywood) y es por eso que los giros que toma la tramase sienten forzados e inverosímiles.
Conclusión
Ladrona de Identidades es un film que ni siquiera amaga a ir un paso más allá de la mediocridad y se conforma con ser lo que es. La historia nunca explora todo su potencia y de la mano de chistes ya vistos el resultado final termina siendo una comedia que no causa gracia y aparte de todo, aburre. Simplemente podemos rescatar a Bateman y McCarthy que con oficio y simpáticas actuaciones mantienen viva a la película.