La película independiente, nuestra de cada año dentro de las candidaturas a los premios de la academia de Hollywood, en este caso y en algunas variables hasta justificada sus nominaciones, pero mayormente esto termina por ser que la misma nominación es el premio.
No llega a tener la frescura ni la factura de otras producciones de este tipo, como, por ejemplo, “Pequeña Miss Sunshine” (2006).
Algunas de sus nominaciones, tales como las de mejores actuaciones femeninas, en rol protagónico y secundario, están “a priori” bien otorgadas, sin olvidar que esto es una competencia.
A la neoyorkina Saoirse Ronan, su protagonista casi absoluta, se le enfrenta las performances de Frances McDormand y la eterna presencia de Meryll Streep, entre otras.
Laurie Metcalf, en el papel de esa madre con corazón de hielo, se le contraponen otras que establecen una rara paridad difícil de dilucidar o pronosticar.
Respecto de las otras nominaciones como a mejor guión, digamos que el mismo esta plagado de buenos diálogos, tiene una buena presentación, construcción y desarrollo de personajes, mientras esto se establece dentro de los lazos familiares.
No sucede lo mismo cuando las acciones se trasladan a la escuela, ámbito propio de la protagonista, en este punto es que el guión pierde fuerza, el humor inteligente le da paso al banal y las relaciones amistosas e historias y/o experiencias amorosas dan la sensación de sólo tener intención de llenar un espacio temporal.
En definitiva, el mismo guión ante esta diferencia, no termina de establecerse como algo que produzca sorpresa o ruptura alguna.
Al ser un filme demasiado pequeño, cuyo realizador cumple también la función de guionista, y siendo por sobre todo una realización de personajes, otorga a la dirección del mismo la necesidad de cumplir con lo suyo, digamos que lo que quiere expresar desde el guión se vea reflejado en la pantalla.
Sin dejar de ser una historia más de una adolescente en etapa de crisis de vida, el primer amor, la amistad que se cree para toda la vida, la libertad que va experimentando, la necesidad de espacio traducido en abandonar el hogar paternal, no hay más, ni menos.
Desde aquí que la nominación a mejor película podría pensarse como un voto favorable que conseguiría supuestamente reflejarse en la recaudación.
La historia se centra en una joven estudiante que se hace llamar "Lady Bird" (Saoirse Ronan), quien con su familia se muda al norte de California para pasar allí su último año de instituto.
La joven, con inclinaciones artísticas, y que sueña con vivir en la gran manzana Nueva York, es el recurso que encuentra para desplegarse, y vivir su vida lejos de su familia, especialmente de su madre que por intentar retenerla la esta aplastando.
Dentro de una familia casi ensamblada, con un padre casi desdibujado, que perdió posición de fortaleza y dos hermanos mayores, ambos adoptados por sus padres.
Muy buenas actuaciones que reflejan un estado de situación de la protagonista dentro de una estructura lineal, progresiva, casi de manual, tierna y enternecedora.
No mucho más.