Lady Di

Crítica de Mex Faliero - Funcinema

REALEZA TV

Uno de los testimonios que se pueden escuchar, entre los varios, de diversas épocas, que aparecen en el documental de Ed Perkins, hace mención a una decisión de la monarquía británica que, entendiéndose como algo pasado de moda, profundizó el contacto con la gente a través de una mayor exhibición mediática. Esa exhibición es fundamentalmente la que permite la construcción de una película como Lady Di pero, además, la que motoriza una de sus tesis principales: cómo el agobio de la prensa, esa invasión a la intimidad, llevó de alguna forma a la trágica muerte de Diana Spencer. La película de Perkins monta un relato a partir de informes televisivos, imágenes de archivo que edifican un continuo de la vida pública e íntima de la monarquía y -preferentemente- de la propia Lady Di, ya que el documental aborda el período de tiempo que va del casamiento de los príncipes hasta la muerte y el entierro de la princesa de Gales.

Perkins inscribe a su película en esta nueva tendencia de los documentales, que es la de la recopilación de archivo sin necesidad de una voz en off que ordene las imágenes o de testimonios que contextualicen. En Argentina, por ejemplo, una operación similar realizó Lucas Gallo con 1982, su documental sobre Malvinas. Perkins toma fragmentos televisivos de programas periodísticos o de chimentos, que siguieron obsesivamente los entretelones de la pareja real integrada entre Charles y Diana. Desde el sorpresivo vínculo que terminó en casamiento, a las constantes revelaciones sobre infidelidades mutuas y la ruptura posterior, con Diana Spencer ganando protagonismo progresivamente desde aquella joven tímida a la mujer decidida, dueña de una impronta que permitió demoler hipocresías varias en torno a la realeza. Más allá del hecho en sí, lo que revela en paralelo la película es cómo el avance de la tecnología y su relación con el periodismo fue borroneando las líneas entre lo público y lo privado. Era casi imposible que Lady Di se moviera sin que a su alrededor no hubiera al menos una centena de fotógrafos y camarógrafos. Esa sucesión de imágenes es la que hoy, acumulada y editada, permite construir un relato casi en tiempo real.

No es menor, tampoco, pensar que estas imágenes abarcan de los 80’s a los 90’s, un tiempo donde todavía el control de la revelación de la intimidad de los famosos estaba en manos de los medios periodísticos. Qué sucedería hoy cuando la tecnología llevó a los hogares la posibilidad de capturar cualquier imagen, mientras las redes sociales nos otorgan la posibilidad de difundirlas. Por estos motivos, Lady Di surge desde el pasado para alimentar un debate del presente. Y eso le da además un carácter extraño, casi de ficción montada sobre el terreno de lo documental. Más allá de una música incidental que por momentos sirve como comentario y de una puntualización en algunas artimañas de fotógrafos y camarógrafos alrededor de la figura de Lady Di, el documental alcanza estas reflexiones desde sus imágenes y a través de su virtuoso uso del montaje.