Teo (Adriano Giannini) es socio de una agencia de publicidad, tiene una novia oficial y una amante. Es el típico exponente del italiano de clase media acomodada, ejecutivo exitoso, mujeriego y algo chanta, habituado a las pequeñas mentiras para salir del paso, a no asumir otras responsabilidades que no sean las laborales y siempre dispuesto a cumplir con sus impulsos y deseos.
El protagonista conoce a Emma (Valeria Golino), una osteópata que ha quedado ciega a los 16 años y lucha para sobrellevar esa dificultad con entereza y dignidad. Teo se obsesionará primero y se enamorará después de ella. Todo servido para una tragicomedia romántica donde la lógica de ambos personajes nunca es traicionada ni se cede (del todo) a los condicionamientos y la dictadura de la corrección política. El director viene trabajando la problemática de los no videntes desde hace bastante tiempo (hasta filmó en 2013 el muy buen documental Altri occhi), pero eso no implica que aquí caiga en la bajada de línea, la conmiseración o el paternalismo.
L'amore con te -título en italiano que nada tiene que ver con el original Il colore nascosto delle cose- es una agradable, sencilla y por momentos divertida fábula sobre el amor en las diferencias. En ese sentido, hay bastante por agradecerle a la pareja protagónica (también hay buenos aportes de personajes secundarios como la amiga y confidente de Emma), ya que el hijo de Giancarlo Giannini (el mismo galán que trabajara hace más de 15 años con Madonna en Insólito destino, de Guy Ritchie) y Golino aportan una simpatía y un carisma incuestionables.
Puede que el espectador más exigente sostenga que L'amore con te no es demasiado sorprendente ni audaz y esa aseveración tiene bastante de cierto, pero esa decisión es también parte de la fuerza y el atractivo de una película que no pretende contar grandes conflictos ni ofrecer alegorías ambiciosas. Es, en definitiva, un pequeño cuento, por momentos algo previsible, en otros decididamente encantador. No es poco.