L’amore con té es la nueva película del director de cine y guionista italiano Silvio Soldini, recordado principalmente por la realización de Pan y tulipanes, aunque también podemos citar otras cintas del cineasta milanés como Sonrisas y lágrimas o Cosa voglio di più. Como ha sucedido en otras ocasiones, Soldini contó con la ayuda de Doriana Leondeff para la realización del guión.
L’amore con té trata sobre la historia de Teo (Adriano Giannini), un hombre de unos 40 años que trabaja como publicista y que no está conforme con la relación que mantiene con Greta (Anna Ferzetti), su actual pareja. Esto lo que lo lleva a tener a la par una amante, aunque la inconformidad en ese sentido está latente, teniendo Teo todos los rasgos clásicos de un mujeriego. Tampoco es buen ejemplo en lo que respecta al trato con su entorno familiar, manteniendo cierta distancia con su madre y los que serían sus hermanos, siempre con la excusa a mano para sostener esa brecha entre su familia de origen y Greta, y hasta pasando por alto la muerte de la actual pareja de su madre. En una actividad grupal realizada a oscuras conoce a Emma (Valeria Golino), una osteópata, que quedó ciega en la adolescencia, que captará inmediatamente su atención, y de quien progresivamente se irá acercando, sumido por el interés. Quizás la diferencia de personalidades sea lo que justamente refuerce el vínculo que se irá gestando entre ambos, y sea lo que Teo necesita para encarrilar su vida, que no parece tener una clara dirección.
No podemos negar que la historia de L’amore con té presenta un interés genuino, y en su parte inicial plasma algunos de sus mejores momentos, cruzando fragmentos dotados de comicidad, con pasajes en donde el dramatismo está fuertemente presente, funcionando acordemente durante sus primera media hora y poco más. Pero tampoco podemos pasar por alto que Silvio Soldini va perdiendo el pulso, y llegando a la mitad del filme la historia por momentos entra en una meseta, presentando momentos carentes de relevancia, y que estiran más de lo debido el metraje. Quizás una de las fallas sea la falta de desarrollo de algunos personajes, que pese a ser secundarios merecían más profundidad en lo que respecta a sus vidas, o de narrar pasajes de cierto índole romántico entre Teo y Emma que resultan innecesarios y le hacen perder fuerza a la cinta, en lugar de otros que podrían nutrir en mayor medida todo la coyuntura que atraviesan los protagonistas. Las actuaciones tanto de Giannini como de Golino están en un punto considerable, siendo de los elementos mas firmes. El cineasta italiano presenta particularidades que quizás formen parte de un estilo marcado en el retrato de sus personajes, que hacen que esta producción, como otras anteriores sea ciertamente llevadera, pero lo que hace perder ciertamente parte del interés en L’amore con té es quizás no ahondar en las zonas más aconsejables.