Para cambiar el mundo
Veinte años en la Armada dejaron a Larry Crowne a un costado del camino. Cuando el personaje que interpreta Tom Hanks? cree haber encontrado un trabajo seguro, sobreviene el despido por reestructuración en el supermercado. Larry Crowne, la película que dirigió Hanks, está en sintonía con el perfil del actor. Regala esperanza, bien contada y repartida entre los personajes de la comedia.
La oportunidad de Crowne comienza en la universidad donde toma cursos de oratoria con Mrs. Tainot (Julia Roberts), y economía (George Takei?). La profesora es la contracara de la lucha y la voluntad de superación que lleva adelante Larry, siempre medio pasmado por la vida universitaria y las costumbres de los jóvenes.
Hanks compone al bonachón y solitario ex marino con los recursos de un buen comediante. Maneja los climas con los ojos, al servicio de la idea que puede parecer desmesurada, casi un chiste. Larry comprende más de lo que sabe, sobre todo cuando se encuentra con la profesora frustrada que no esconde el fastidio por estar en el aula a las ocho de la mañana frente a 10 alumnos (el mínimo que requiere el reglamento).
La película ofrece buen humor sin estridencias en las escenas con el vecino, vendedor de garage profesional (Cedric the Entertainer?); la tribu de motoqueros y su musa Talia (Gugu Mbatha-Raw?), y el profesor Matsutari con su método poco ortodoxo para enseñar economía.
Larry Crowne comienza con un tono melancólico, con la pérdida del trabajo y las explicaciones que el hombre escucha al borde del llanto. El consejo “estudia y serás invencible” derriba todas sus estructuras. Hanks domina el timing de estos personajes golpeados por el sistema, que se sobreponen y sacan algo extraordinario del fracaso. La coguionista Nia Vardalos? (Mi casamiento griego) garantiza la fluidez del relato, en tanto Julia Roberts transmite el hartazgo de la profesora sin onda, hasta que sonríe. Y Hanks sueña con mejorar el mundo, cambiando el destino de ese Larry del montón.