Podría comenzar diciendo que este filme es uno de lo mejores ejemplos para ratificar ciertas cuestiones que sigan dando que hablar en relación al llamado séptimo arte.
Claro que la variable de duda a transformar en certeza, no es directamente el cine, sino su funcionamiento como industria y negocio. Intentando aclarar el panorama, la pregunta del millón ¿Sigue funcionando el llamado Star System? De ser así ¿Actúa con y desde los mismos parámetros?
Todo esto lo estoy pensando desde el lugar en que la película como narración, como historia, o como usted quiera llamarlo, no vale nada.
Entonces sólo queda saber si el público responderá a las figuras de Tom Hanks, aquí en el triple rol de co-guionista, director y actor protagónico, y Julia Roberts como corotagonista.
El primero, merecido ganador de varios premios de la academia de Hollywood, y la querida Julia Roberts que lo obtuvo una sola vez.
Lo que intenta contar la película es la historia de reinvención de un hombre de alrededor de los 45 años que, habiendo sido el mejor empleado del mes durante 9 meses consecutivos en la empresa que trabaja, es despedido ante la primera necesidad de “reestructuración” de la misma, ya que él no tiene estudios universitarios y sus colegas con cargos similares si. Ídem, él es el fusible a reemplazar.
Que hacer cuando la vida te juega una trampa de esta naturaleza. Creo que la única escena que vale la pena, de los 100 minutos que dura el filme, es esa en la que, con una imagen muy clara, nos muestra la situación afectiva por la que esta atravesando el personaje, extirpando el hecho de haber sido despedido. Es la escena siguiente al mismo acto de despido. Realizado con una sencillez abrumadora en un plano en el cual la dirección de arte se lleva todos los lauros, mostrando la ausencia de objetos determinados que establecen claramente la situación del protagonista.
Eso es todo, créame no hay mucho más, a punto tal que sólo el personaje de Julia Roberts aparece con un buen diseño de construcción y desarrollo, hasta es ella la única que hace verosímil su personaje, en realidad podría decirse que es el único creíble. Tom hace bien lo que sabe hacer, actuar, Julia sale bien parada, el resto hace lo que puede en relación a las actuaciones, y de los rubros técnicos, nada nuevo bajo el sol.
Pero vayamos más concretamente a la película y a la historia. Al pobre de Larry lo despidieron por no tener estudios universitarios, él alega haber estado 20 años en la marina de los EEUU. ¿Esto no vale nada? Podría a partir de este interrogante ponerme a filosofar (barato), a tratar de encontrarle la quinta pata al gato y decir que esto es en si mismo una gran critica, encubierta, pero critica la fin, a la moral de los yankees, ya que desde un tiempo a esta parte es sabido que las fuerzas armadas de los EEUU se va nutriendo de descendientes de latinos, asiáticos, africanos, como de jóvenes nacidos en esas latitudes y que, intentando obtener la ciudadanía del gran país del norte, encuentra en esta una buena forma de conseguirla, entregarle años al gobierno de la madre patria sirviendo en el ejercito o la marina.
Debo volver al film, (repito debo volver al filme, debo volver al film….), es entonces que le aconsejan sus vecinos que se anote en los cursos de la universidad de la ciudad. Son cursos cuatrimestrales, ¿Eso alcanza? El bueno de Larry se anota en varios, uno de ellos es el de oratoria, cuya profesora es…. ¡Adivinó! Julia Roberts. Primer encuentro, miradas que se cruzan, instalación definitiva del género comedia romántica. La película se termina de desbarrancar por la total previsibilidad del desarrollo, todo lo que suceda, y no importa que, tendrá lugar en pos del único objetivo: reunir a estos dos seres.
Aquí chocamos de frente con el gran problema del filme. El guión es malo, o al menos no esta trabajado, ni hay diálogos que sustenten una escena. A propósito, recuerdo algunos diálogos entre protagonistas como en “Shrek” (2001) o “La Bella y la Bestia” (1991), y estoy hablando de películas de animación para niños, con mucho humor e inteligentes. Eso no pasa en “Larry Crowne”.
Para colmo de males, ese curso que le terminara cambiando la vida a Larry, aparecen un grupo de personajes secundarios, todos menos probables que el salariazo de Carlos I de Añillaco (no lo nombro, por las dudas, ¿vio?)
Mientras estoy escribiendo estas líneas me aparecen otros tantos ejemplos cinematográficos que trataron el tema del despido o el desempleo, desde la comedia, como “Full Monty” (1997), o a partir del drama, como “El empleo del Tiempo” (2001), que me parece encarado desde la óptica de Tom Hanks hasta una falta de respeto al público.
Si me apura le cuento que respecto a la citada escena que me gustó, ahora que lo pienso, ni siquiera es una escena, es sólo un plano, y no precisamente tarkoskiano.
Me resta ver como responderá el público al llamado de las estrellas de Hollywood. No se que más decirle para convencerlo que no vale la pena perder el tiempo.