La caída del imperio norteamericano.
A apenas días de registro de las contínuas caídas de la bolsa de Wall Street llega a cartelera un film que simplifica gran parte de la situación económica en la que se encuentra sumergida Norteamérica actualmente, desde el singular, crítico y vehemente enfoque sobre quienes más lo sufren, las clases sociales denominadas “media” y descendientes, a causa de la actual recesión. Como segundo tópico, otra problemática: la educacional.
El film reitera de manera minuciosa adentrarse en la premisa de que ha cambiado el “american way of life”, indica que para ser un simple repositor de góndolas de supermercado, hoy en día, es imprescindible como requisito básico tener un título universitario, sin tomar en cuenta el desempeño laboral y la antigüedad. Es aquí donde Tom Hanks, con su segundo film en el sillón de director -el primero fue Eso que tú Haces! (That Thing You Do), que data de 1996 cuando seguía a quien fuera su mentor en dirección Jonathan Demme, tras la filmación de Philadephia- decide juntarse con tres mujeres que han pasado por su vida: por un lado con la actriz Julia Roberts, con quien ya compartió cartel en la subvalorada y oscarizable Juego de Poder (Charlie Wilson’s War), hacía tiempo que querían trabajar juntos y los proyectos de ambos no coincidían, por lo visto quisieron reencontrarse; en materia de escritura junto a la actriz y guionista Nia Vardalos de Mi Gran Casamiento Griego, a quien Hanks tiene un profundo afecto, ya le ha producido dos films y más íntimamente, compartiendo escenas junto a su actual esposa y actriz Rita Wilson, con quien se conocieron en la filmación de Voluntarios, reincidieron en el fiasco La Hoguera de las Vanidades, y también en la simpática Sintonía de Amor.
Hanks interpreta a Larry, aquel empleado bonachón que queda fuera del sistema, por su edad y falta de título universitario, la cosmopolita cadena comercial donde trabaja decide dejarlo ir y junto con esa ida, acarrea también su sueño de progreso, acto que sirve para la toma de conciencia sobre el sistema excluyente en el que vive la sociedad en conjunto, este se moviliza volviendo retomar sus estudios y es donde conoce a Mercedes (Julia Roberts), una profesora muy particular, vaga y aburrida de lo que tengan para ofrecerle sus alumnos, en una inusual clase de oratoria. Larry representa un hombre promedio norteamericano que debe cambiar su modo de vida, replantearse cómo seguirá adelante, con menos pertenencias materiales, a tomar conciencia y sin darse cuenta disfrutar de algo que hacía tiempo, inclusive en estos peores momentos financieros le es tan claramente enfrentado. La vida sigue adelante.
Con un tono noventoso, música de fondo de Electric Light Orchestra, Larry Crowne es presentado como un film sencillo, sin representar desafío cinematográfico alguno. Sirve como planteo fehaciente de una problemática bien actual. El trabajo de Julia Roberts está muy cuidado, aunque cueste creerlo apenas visualizaremos su patentada sonrisa, Hanks tampoco hará muecas ni sobreactuaciones, a mi parecer, el futuro Sandrini norteamericano. Gran parte del atractivo de la propuesta recae en los simpáticos trabajos de secundarios como es el de George Takei como un profesor de Economía muy particular, Cedric The Entertainer y Tarahi P.Henson como los vecinos que revenden cualquier objeto imaginable.
Larry Crowne no es un film que vaya a quedar en la memoria colectiva cinéfila ni mucho menos, pero, al menos es una de las propuestas más interesantes de la cartelera actual, debido a la sinceridad, enfoque y singularidad de esta obra capraesca.