Una melodía para los ojos.
Calificación: 4/5
Las Acacias es un filme simple pero intenso. El trabajo de Pablo Giorgelli es una muestra bien lograda de una dirección exigente sin excesos de recursos, con claridad en el objetivo y un guión certero. El elenco es el otro gran elemento que hace de esta cinta una mejor obra, pero vayamos por partes.
Rubén (en una excelente actuación de Germán De Silva) es un camionero solitario, tosco, huraño y mañoso que lleva 30 años en la ruta; y que a simple vista se le nota la poca cara de buenos amigos. En sus viajes transporta Acacias desde el Paraguay a Buenos Aires y su jefe, le pide en uno de esos viajes que lleve a Argentina a Jacinta, una joven mujer que va a ir a trabajar a la ciudad . La sorpresa para Rubén al conocer a su acompañante es que no viene sola, sino que la pequeña y adorable Anahí de 5 años e hija de Jacinta será parte del viaje también.
Si al inicio del viaje, nos encontramos con las incomodidades típicas de dos personas que no se conocen y deben pasar un tiempo largo juntas, se suman las pocas ganas de Rubén de compartir algo con ellas. Anahí será con sus sonrisas, llantos y momentos de sueño, la generadora de los cambios y de los movimientos que se suceden dentro de esa cabina de camión, como único espacio donde los acontecimientos toman forma.
Lo cierto es que Las Acacias, es un filme que en cada kilómetro que recorren juntos los protagonistas más se comienza a trabajar la cercanía entre ellos, la comodidad y los momentos de silencio. Con un mate, una sonrisa, un quiebre de labios, el director logra escenas intimistas, reveladoras y personales. Con premios en Festivales de los más importantes como Cannes, San Sebastián y Londres, el filme de Giorgelli es una gran experiencia cinematográfica, que hay que aprovechar a ver en pantalla grande antes de que no se pueda. Es de las tantas cintas argentinas que se proyectará en pocas salas y que sufren por no tener la distribución merecida. Pero eso, es otro tema.
@BelloySublime