Pesadilla suburbana
Antes de que se plantee el desconcierto frente a las criaturas que se ilustran en Las amigas, de Paulo Pécora, es bueno saber que no tiene nada que ver con el vampirismo, aunque comparta varias cosas en común. En realidad se trata de lamias, personificaciones mitológicas conocidas tanto por su insaciable apetito sexual como de niños. Una vez saldada esa duda, la cuestión de este mediometraje es explorar las posibilidades de que estas criaturas habiten en un espacio urbano moderno. En su línea experimental, uno encuentra ocasionalmente algún hallazgo formal, pero termina limitándose a lo descriptivo y se regodea en ello, sin profundizar en la posibilidad de contar una historia que nos permita acercarnos al horror que se describe.
Filmada en 8mm y con un predominio del blanco y negro, visualmente provoca extrañamiento entre planos cerrados y las actuaciones, donde se impone un registro teatral. Esto puede tornarse un problema con el verosímil, ya que gran parte del corto reposa en las actuaciones antes que en las posibilidades visuales del cine. Hay dos excepciones: la primera es la secuencia en la que las lamias van poniendo una a una las herramientas que eventualmente utilizarán sobre una niña (siendo clave el montaje y el sonido) y la segunda ocurre en el perturbador final, donde la iluminación y el color juegan un papel vital. Hipotéticamente, uno puede plantear que el uso del blanco y negro y el color responden a un patrón: en la secuencias en blanco y negro vemos cómo actúan las lamias “hacia afuera” (y por ende veremos cómo seducen y como se alimentan de sus víctimas) mientras que en las secuencias en color vemos cómo actúan “hacia adentro” (y por lo tanto veremos su interacción y sus rituales).
Sin embargo, por momentos Las amigas se estanca en sus búsquedas y, a pesar de su brevedad, se extraña un punto de vista que nos meta de lleno en una historia con un punto de vista más sólido y que otorgue mayor suspenso. En todo caso, un ejercicio interesante que no logra salirse de esta definición.