El documental es el género que más ha crecido en los últimos años en nuestro país, casi todas las semanas está llegando uno (o más) a cartelera. Ante tanta oferta, es difícil lograr diferenciarse, destacarse; este quizás sea el mayor desafío de Las aspas del molino.
El chileno Daniel Espinoza García toma una tarea difícil, hablar de un ícono de Buenos Aires y tratar de abordarlo desde diferentes perspectivas. Es el edificio donde funcionó el bar El Molino lugar mítico de la ciudad, perteneciente a esa etapa donde la arquitectura engalanaba la postura de ese sitio. Por sus paredes pasaron gran parte de la historia porteña y, englobada, de la argentina, quizás no tanto literalmente como metafóricamente.
Su devenir, tiene mucho que ver con el del país; por lo tanto hablar de ese lugar del que quedaron las ruinas, es hablar de una porción de nuestra historia como país, como una suerte de botón de muestra. Las aspas del Molino es un trabajo básicamente de testimonios, eso sí, de lo más variado, de ahí su deseo de abarcar la cuestión desde varias perspectivas.
Hay arquitectos e ingenieros que nos hablan de lo que fue y lo que es, legisladores que hablan de su historia y del proyecto para decláralo patrimonio cultural, de la gente que habita, usurpa en sus escombros, y llamativamente, también, de gente común que pasa ocasionalmente por la puerta del lugar y a la que se le pregunta si conocen qué es o fue ese lugar y qué sensaciones les deja. El resultado se asemeja a una especie de collage de testimonios, e imágenes contrapuestas.
Se vislumbra que es más lo que se dice que lo que se conoce del lugar, y también que lo que antes fue un centro de reunión de clase acomodada hoy es refugio para algunos que no tienen a dónde ir, amenazados con ser desalojados. Hay un contrapunto, se hace hincapié en eso, es mostrar cómo vive esa gente sin los servicios más básicos, subsistiendo el día a día. Quizás ese sea su aporte más valioso, aunque también, el más transitado. Interesante desde su mirada con cierta lejanía sobre su investigación sobre lo que fue y es el ser porteño.
Con un formato tradicional que no la destaca pero permite dar el un acabado informativo. Ante un panorama tan nutrido de documentales, no será l mejor de las propuestas, pero cumple con su objetivo, tema aprobado.