Dirigida por Rob Minkoff (El rey león, Stuart Little) y adaptada del segmento Peabody’s improbable stories de la serie Rocky and Bullwinkle de 1959, Las aventuras de Peabody y Sherman es una propuesta entretenida para los más pequeños.
Adivina quién viene esta noche
El señor Peabody (Ty Burrell, o Phil Dunphy de Modern Family) no es un perro común. Desde cachorro se interesó por leer en vez de jugar a buscar el palito. Un perro sabelotodo. Creció y se convirtió en científico, inventor, empresario y hasta ganador de un premio Nobel. Adopta a Sherman (Max Charles) y con su ayuda inventa una máquina para viajar en el tiempo. Padre e hijo viajan por distintos momentos históricos y los presencian como testigos (¿qué mejor manera de aprender historia que esa?). Sin embargo, no todo es viajes en el tiempo para Sherman, debe ir a la escuela. Y no tarda nada en ganarse una enemiga, Penny (Ariel Winter, también de Modern Family), con la que se pelea en la escuela. Los directivos se ponen del lado de Penny y acusan a Peabody de no cumplir con su rol de padre por el simple hecho de que es un perro. Peabody se encuentra con una situación más complicada y compleja que las del mundo de la ciencia: la paternidad.
¿A dónde-cuándo viajamos?
Las aventuras de Peabody y Sherman visualmente está correcta, es atractiva y colorida, el 3D se aprovecha bien, sobre todo con los viajes en el tiempo y en las secuencias del Antiguo Egipto. No hay nada que achacarle por ese lado.
Sherman acusa de apócrifa un dato que aporta su compañera Penny. Sí le achaco que tanto los personajes históricos como otros del tiempo presente están bastante estereotipados y hasta hay frases apócrifas (María Antonieta nunca dijo esa frase). Los nerds usan anteojos (eso se lo perdono un poco porque Peabody y Sherman de 1959 tenían anteojos), un artista renacentista extravagante y alocado trabaja solo en una obra de un tirón (cuando se sabe que tenían ayudantes y que este artista tardó varios años en terminar esa pintura). Son detalles, pero contribuyen a perpetuar ciertos clichés sobre científicos, artistas y demás personajes históricos.
Lo más interesante de Las Aventuras de Peabody y Sherman, es todo el cuestionamiento que hay por parte de distintos personajes sobre la paternidad de alguien diferente, en este caso un perro. Es gracioso cómo los directivos de la escuela le achacan cosas al padre perro sólo por no ser humano, mientras que no ponen en tela de juicio si los padres humanos son buenos padres. Tiene pocos guiños para los más grandes, pero los pocos que tienen son geniales, despertaban las carcajadas en la sala. Por suerte no está musicalizada en exceso, los personajes no cantan y no es moralista. Se nota que no es de Disney.
Conclusión
Las aventuras de Peabody y Sherman es ante todo una película dirigida hacia los niños, para los grandes quizá sea una película más. No es nada de otro mundo, no es una película que venga a plantear nada nuevo, sí destaco cómo aborda el tema de la paternidad. Visualmente es impecable y muy atractiva. Lo que se propone lo logra, cuenta una historia divertida y graciosa, no aburre, no se pone demasiado cursi.
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