Con esta historia, la cinematografía belga se suma a las producciones de dibujos animados en 3D, y lo hace a través de una trama tan simple como tierna que, sin duda, atraerá a los pequeños espectadores. El relato se desarrolla en torno de Sammy, una tortuga marina que decide recorrer el océano para hallar a Shelly, el amor de su vida, a quien perdió en la playa donde ambos nacieron.
Durante este intrépido viaje, Sammy deberá desafiar las corrientes y las mareas y conocerá a una serie de simpáticos personajes, entre ellos Ray, un gato sagaz; los integrantes de una comunidad hippie que lo adoptarán como mascota, y, además, una variada colección de cetáceos que, finamente, lo ayudarán en su misión. La fuerza de voluntad y la sagacidad de este personaje central deberán, además, enfrentar una peligrosa mancha de petróleo y presenciar la caída del Apolo XI en el océano Pacífico. Con todos estos elementos que se le presentan a cada paso, Sammy se convertirá muy pronto en testigo del daño que el hombre causa al planeta.
Sobre la base de simpáticos dibujos y del fondo marino, principal escenario de la trama, el director Ben Stassen logró su propósito de fomentar el cuidado del medio ambiente y realzar el poder de la amistad. Situaciones hilarantes son los elementos primordiales de esta aventura en la que la valiente tortuga está decidida a defender su amor. Una música que combina armoniosamente todo ese cúmulo de divertidas escenas es otro de los elementos que apoyaron con indudable gracia a este film.