Al fin una película donde el 3D tiene razón de ser
Además de su mensaje ecologista, el filme hará vivir a los chicos una gran experiencia.
Ante todo, y lo más importante, si usted decide elegir una película en 3D en la cartelera para llevar a sus hijos, sobrinos, ahijados o nietos, no lo dude: Las aventuras de Sammy: en busca del pasaje secreto les hará vivir una experiencia como no se recuerda en el mundo de la animación tridimensional. Sentirán que están nadando, flotando o sumergiéndose en el mar abierto, al lado de peces, corales y tortugas marinas, sí, al alcance de la mano.
El director belga Ben Stassen ( Vamos a la luna ) aprovecha el efecto tridimensional para integrarlo a la historia. Aquí el 3D no está para acompañar a Sammy, un tortugo marino, en su travesía de 50 años, sino convivir con él en todo lo que le suceda. Va mucho más allá de que los chicos estiren sus bracitos para “tocar” lo que deseen: la profundidad del fondo y los relieves de los personajes logran esa impresión de realidad, por más que estemos ante una fantasía animada.
Una ficción con algo de utopía, es cierto, pero mucho de autenticidad y verdad fácil de constatar en el mundo que vivimos. Sammy nace obviamente de un huevo, le cuesta llegar hasta la costa y, una vez allí, se embarcará en una aventura sin fin. Una amiguita, Shelly, lo ayudará en sus primeros pasos, la perderá, conocerá a otro tortugo del que se hará amigo fiel y navegará distintas aguas alrededor del planeta –incluidas nuestras costas australes- en busca de ese amor extraviado por las corrientes marinas.
Y como si no tuviera suficiente con tener que lidiar con los depredadores naturales, Sammy se enfrenta a manchas de petróleo, pescadores furtivos y bolsas de plástico que casi lo ahogan. Hay un claro mensaje ecologista, pero no impuesto ni obligado, sino consignado: los más pequeños lo incorporarán como algo natural. Lo mismo que los personajes “malos” –al margen de algunos humanos-, todos tienen una razón de ser. ¡Y hasta aparece un pulpo Paul! La película, entonces, recorre 50 años de la historia contemporánea, con Sammy como testigo privilegiado de la caída del Apolo XI en el Océano Pacífico, por ejemplo. Todo en un tono ameno, accesible y disfrutable.
La paleta de colores y el movimiento de los personajes también sirven de atracción a los más pequeños, a quienes indudablemente está destinada Las aventuras de Sammy , pero que sus acompañantes también podrán divertirse. Y ya se viene la secuela… «