El poder de la amistad
La amistad de nuestros protagonistas se verá amenazada cuando su director, el Señor Carrasquilla, decida separarlos de clase para así acabar con sus bromas. Horrorizados con la idea, Jorge y Berto hipnotizan a su director con su anillo mágico, y deciden convertirlo en el personaje de uno de sus cómics: el Capitán Calzoncillos. Cada vez que ellos chasquean los dedos, el Señor Carrasquilla se transforma en este superhéroe ridículamente entusiasta y, para que vuelva a ser normal, sólo hay que echarle agua por encima.
La separación de clases es un mundo para los niños de 3 a 6 años, la edad que parece la idónea como público de la película. Todo dependerá de la madurez del espectador. Basada en la saga literaria, escrita por Dav Pilkey, el film nos cuenta -al fin y al cabo- la historia de amistad entre Jorge y Berto, dos niños un poco más que gamberros que disfrutan pasando el tiempo haciendo trastadas y dibujando comics sobre el Capitán Calzoncillos, un superhéroe cuyo atuendo reconoce que muchos trajes de superhéroes, como el famoso Superman, son en el fondo ropa interior bien decorada.
Igual que una versión poco lujosa del honorable Capitán América, la prioridad de nuestro héroe son los ciudadanos, los cuales se verán en peligro ante la gran amenaza del malvado profesor P. ¿Nuestro enemigo es malo, sencillamente por qué si? A diferencia de algunos blockbusters, podemos ver en forma de flashback el trauma que causó la chispa que incendió las estremecedoras ambiciones del profesor P., quien quiere eliminar la risa del mundo con una pistola de rayos que puede hacer las cosas gigantescas o diminutas, incluyendo cualquier cosa que se pueda encontrar en un baño. Tan aterrador como suena.
Como muchas películas de superhéroes, aparte de figurantes, el único personaje femenino es el interés romántico de uno de los protagonistas. En este caso el director Carrasquilla. Además, la película básica y simple tiene algunos tópicos, como la figura del empollón pelota con gafas y pelirrojo (ésto último puede ser pura envidia de tono de pelo), para hacer su humor más sólido.
Con un estilo muy colorido y estridente, tira de humor escatológico en bastantes ocasiones (o como la propia película denomina “humor guarrete”) haciendo que el cuento sea perfecto para los más pequeños de la casa.
Las intenciones del film son muy claras, haciendo explícito en un momento de la película que lo que menos importa es la crítica que se haga de ella. Lo que quieren sus creadores es que los críos se rían a carcajadas y pasen un buen rato.
Como propósito, también está el de convertir esta historia en una saga, pero eso el espectador lo sabe desde el inicio.
Como conclusión, Las aventuras del Capitán calzoncillos es un ejemplo a tener en cuanta en esta propuesta audaz: que las críticas sobre películas infantiles sean hechas con niños, ya que su punto de vista es, en este caso, el único que importa. La visión de un adulto quizás no alcanza a entender algunos rasgos del humor infantil o quizás se ha olvidado con el paso de los años…